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Con un final chapucero, el Tour dio su ltima pedalada arrojando al concierto internacional un nuevo ciclista de poca: Alberto Contador, que ha firmado una victoria singularmente meritoria, pues se ha impuesto contra todo y contra todos.

Contra todo, porque Alberto volva a Francia despus de que el ao pasado la organizacin no le permitiera defender su ttulo, una decisin que apenas 365 das despus se ha demostrado injusta, pues continua militando en el mismo equipo que entonces. Eso habla a las claras de la hostilidad con que la ronda gala recibe la presencia del espaol. Y contra todos, no slo en lo que se refiere al entorno del Tour y del ciclismo en general, que estaba deslumbrado por el regreso de Lance Armstrong, sino al de su propio equipo, que le ha ninguneado sistemticamente y hasta el ltimo momento.

Pero es que, con 26 aos, Contador parece un corredor inquebrantable, a una distancia sideral del resto. Ms de cuatro minutos ha sacado al segundo y da la sensacin de que subi el Mont Ventoux con el ancla echada por fidelidad al Astana. Slo Francia ha aportado dos leyendas: Anquetil e Hinault. El resto se repartieron por Blgica (Merckx), Espaa (Indurain) y Armstrong abri los horizontes hacia Estados Unidos. Hoy, este pas vuelve a tener un ciclista de esa estirpe.

Con el pacto con el diablo ya roto, con Armstrong y Bruyneel en otro equipo, a Contador le queda rodearse de un grupo de gregarios que tengan mucho ms claro que sus predecesores quin es el mejor corredor en las grandes vueltas por etapas, y que sean lo suficientemente potentes como para contrarrestar las embestidas. El resto lo pondr el de Pinto, que va sobrado de clase. El ciclismo ha vuelto a dar con un verdadero campen. Por muchos aos.