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Probablemente los nombres de Peyton Manning y Drew Brees no digan mucho a los aficionados espaoles, pero en Estados Unidos tienen el rango de Kobe Bryant o LeBron James. Son los quarterbacks de los Colts de Indianpolis y los Saints de Nueva Orleans, los equipos que el domingo disputarn la Superbowl, el acontecimiento por excelencia del deporte estadounidense. O al ms significativo, al menos. El partido es un derroche comercial, publicitario y meditico, una fiesta grandiosa que generalmente se celebra en alguna ciudad del sur para evitar los rigores del crudo invierno. Esta vez, la Superbowl vuelve a Miami.

La Superbowl es un invento relativamente reciente en un pas de viejas tradiciones deportivas. Su primera edicin se celebr en 1967, despus de fundarse el campeonato que reuna a las dos ligas existentes, la National Football League (NFL) y la American Football League (AFL). El inters por la competicin profesional se dispar y Peter Rozelle, el visionario presidente de la NFL, no desaprovech la ocasin. Imagin un fastuoso partido a la americana, con un despliegue televisivo desconocido hasta entonces, precedido por una semana de festejos y una descomunal trascendencia meditica.

La idea funcion instantneamente. Muy pronto, la Superbowl se convirti en la madre de todos los partidos. Su carcter nico es relevante en todos los aspectos. En primer lugar porque es el nico de los grandes deportes americanos que resuelve el ttulo en un solo partido. Tanto el bisbol como la NBA y la Liga de hockey sobre hielo (NHL) deciden el campen en finales a siete partidos. Esta peculiaridad convierte a la Superbowl en una fiesta y en un imn para la televisin y la publicidad. En la lista de los programas ms vistos en la historia de la televisin estadounidense figuran numerosas ediciones de la Superbowl. El pasado ao, la transimisin tuvo un promedio de 98,7 millones de espectadores, cifra slo superada por el clebre episodio final de la serie M.A.S.H.

La Superbowl es un escenario de rcords, un producto que roza la megalomana, pero que siempre acaba derivando en lo sustancial: lo importante es el partido. El derroche se aprecia en casi todos los captulos. Los anuncios son los ms caros del ao, con precios que alcanzan tres millones de dlares por 30 segundos de emisin. Y si hay algo perfecto para la fusin entre la publicidad y el juego, eso es el ftbol americano: cuatro intentos para avanzar diez yardas o, de lo contrario, el baln acaba en poder del adversario. Eso significa cortos espacios de enorme intensidad en el campo, seguido por parones y tiempos muertos. Ah entra los anuncios como un can.

La fiesta no se permite un minuto de distraccin, ni en el descanso. La idea del espectculo tiene una derivada musical. En el medio tiempo, el estadio se convierte en el escenario para los gigantes del rock. Lo que empez con actuaciones de escaso calado meditico se ha convertido en el momento soado para cantantes y bandas. Sus ventas suelen subir exponencialmente tras sus actuaciones. La Superbowl es una mina para casi todo. Este domingo actuarn los Who, el veterano grupo liderado por Pete Townsend y Roger Daltrey. Siempre funcionaron magnficamente en los grandes estadios y su msica no ha desaparecido del mapa. Sus canciones aparecen con frecuencia en muchas de las series actuales de mayor xito, en algn caso como msica de presentacin, como ocurre en CSI.

Todo est medido en la Superbowl, menos el resultado. En esta edicin, la XLIV –cada final se define en nmeros romanos-, se enfrentan los Colts y los Saints. El equipo de Indianpolis es un clsico de la ltima dcada. Gan la Superbowl en 2007, dirigido por el jugador que transform la historia de los Colts: Peyton Manning, el quarterback que es una leyenda ambulante, a la altura de Joe Montana y de los grandes de la historia de la NFL. La final frente a los Saints ser especial para Manning, nativo de Nueva Orleans. Hijo de Archie Manning, famossimo quarterback de los Saints en los aos setenta, y hermano de Eli Manning, quarterback de los Giants de Nueva York, sus doce aos como profesional han sido excepcionales. Se dice que es el jugador perfecto por inteligencia, astucia, liderazgo y serenidad en los momentos crticos.

Despus de una brillante carrera en la Universidad de Tennesse, Manning fue elegido por los Colts en el primer lugar del draft en 1998. Como suele suceder en el deporte, su eleccin provoc dudas entre los expertos, muchos de los cuales preferan a Ryan Leaf, el quarterback de la Universidad Washington State. La historia est llena de decisiones cruciales. En 1984, los Blazers de Portland se inclinaron por el pvot Sam Bowie en lugar de Michael Jordan. Hace dos aos, volvieron a cometer otro error colosal. Eligieron a Greg Oden, otro pvot, y desdearon al maravilloso Kevin Durant. As se escribe el deporte, y as triunfaron los Colts. Peyton Manning se convirti una estrella y Ryan Leaf fracas estrepitosamente en su breve paso por la NFL.

Manning y sus Colts son favoritos. Apoyado en un juego de pase que rara vez encuentra antdoto, el equipo de Indianpolis saca chispas a la conexin de su quarterback con sus fantsticos receptores, los veteranos Reggie Wayne y Dallas Clark –destinados al Hall of Fame- y los jvenes Pierre Garon y Austin Collie. Pero enfrente se encontrarn con la febril defensa de los Saints, un equipo que jams ha disputado la Superbowl y que ha vivido dcadas miserables. El triste destino de los Saints llev a sus seguidores a cubrir sus cabezas con bolsas de papel marrn. itan alegremente su condicin de perdedores, revertida desde que el fetiche de las bolsas comenz a aparecer en las gradas. En los dos ltimos aos, los Saints se han ganado la reputacin de duros, intensos y ganadores.

Al frente del equipo figura Drew Brees, un quarterback que llen portadas durante sus aos universitarios en Purdue (Indiana) y que termin en Nueva Orleans despus de unos irregulares comienzos en los Charges de San Diego. Su baja estatura (1,82 metros) no ayud a mejorar la confianza de los tcnicos, pero Brees acab uno por uno con todos los prejuicios. Desde su llegada a los Saints, el equipo se ha transformado en todos los aspectos. Nueva Orleans adora a este quarterback extremadamente listo y competitivo. No tiene la estampa, ni la trayectoria de Peyton Manning, pero sus nmeros en las dos ltimas temporadas han sido muy similares. Arropado por sus sofocantes defensas, Brees es la gran esperanza de una ciudad que ha encontrado en los Saints una fuente de orgullo despus de la tragedia del huracn Katrina. Nueva Orleans quiere vibrar de nuevo. Quiere una fiesta como slo esa ciudad es capaz de disfrutar. Quiere la Superbowl y que las bandas marchen con sus trompetas por Bourbon Street.