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Anoche en el estadio Gerland de Lyon se jugaba algo ms que un partido de ftbol. Ms incluso que media eliminatoria de octavos de final de la Champions. Las ltimas actuaciones del Real Madrid haban disparado el optimismo de la aficin. Pero no se invierten 250 millones de euros para tener un equipo que se luce ante el Xerez. Ni siquiera para hacer sombra al Bara en la Liga. Este equipo est construido con un objetivo claro, recuperar el prestigio europeo, y con una cita en el horizonte: la final de la Champions. Eso es lo que estaba en juego anoche ante el Olympique: saber si este Madrid est o no a la altura de las expectativas. A juzgar por lo de ayer, la respuesta es no.

No va a ser fcil remontar el gol de Makoun en el Bernabu, pero la decepcin que hoy tiene el aficionado va mucho ms all del resultado. Las palabras de Valdano lo resumen perfectamente: “Nos vamos con un mal resultado y con una mala sensacin”. El madridismo suea con un equipo capaz de imponer su estilo en cualquier campo, pero se encuentra con un entrenador empeado en revolucionar a los suyos en funcin del rival. Pellegrini se salt anoche la mxima que dice que si algo va bien no hay que tocarlo. Cambi un bloque que vena funcionando perfectamente para introducir a un buen futbolista como Diarra, pero que carece por completo de ritmo. Si lo hizo porque no confa en que el equipo pueda imponer su ftbol ante el Olympique, mal. Si lo que tuvo fue un ataque de entrenador, peor.

Ambos supuestos llevan a concluir que, seis meses despus, El Ingeniero no tiene un plan para el Madrid.

Todava queda tiempo. Cualquier once que salte al Bernabu en la vuelta debera ser capaz de remontar este resultado y acabar de una vez con la maldicin de los octavos. Pero se no es el objetivo. La meta es recuperar el prestigio internacional, y en esa carrera, anoche, lejos de avanzar, se dio un paso atrs. Y grande.