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El 27 de diciembre el Madrid sufri una de las mayores humillaciones de la historia. En su propio pabelln, el conjunto azulgrana dio un autntico recital. Pues bien, cuando pareca que eso no poda superarse, el Regal Bara ha hecho el ms difcil todava. El escenario ha cambiado, pero el panorama ha sido muy parecido. De nada ha servido que hoy estuvieran en cancha Jaric y Llull, ausentes en Vistalegre. En el Bizkaia Arena, en la final de Copa, el conjunto azulgrana ha vuelto a demostrar que est un escaln por encima del Madrid.

El de hoy es el primer tropiezo serio de Messina al frente del Madrid, de los que no tienen marcha atrs. Es la tercera batalla en la que sucumben ante el Regal Bara, pero esta vez escocer mucho. Y es que la superioridad mostrada por los azulgrana en el Bizkaia Arena fue, por momentos, insultante.

La igualdad dur un cuarto
En el aspecto tctico, en el fsico y en el tiro. En todos fue mejor el conjunto azulgrana, que pas como un huracn por la final. Tanto que al partido le sobr la segunda parte.La batalla pareci real en el inicio, pero fue un espejismo que dur poco.

El buen arranque de Jaric, con siete puntos en el primer cuarto, sostuvo a los blancos, que fueron siempre a remolque en el marcador. El Madrid dominaba el rebote ofensivo, s, pero las sensaciones no eran buenas. No haba un buen movimiento de baln y la defensa azulgrana asfixiaba a los blancos. Algo iba a explotar en el Bizkaia Arena y Fran Vzquez se encarg de hacer prender la mecha.

Una diferencia abismal entre ambos equipos
Xavi Pascual gan la batalla tctica a Messina y consigui que Ricky estuviera en cancha cuando ms dao poda hacer. Y el gallego haca dao por dentro. Llega ms alto que ninguno de sus rivales, bien para machacar, bien para barrer rebotes. Suficiente para que al descanso el partido estuviese en cuarentena, con 14 puntos de ventaja para los azulgrana.

Pero todava quedaba ms. Ms recital de un Regal Bara con hambre de ganar y hacer dao. Dao moral, con una diferencia que alcanz los 27 puntos al final del tercer cuarto. En esos momentos el Bara escenific su superioridad absoluta y el Madrid dimiti del partido. Baj los brazos y se deshizo ante la mirada de un desesperado Ettore Messina.

La reaccin era imposible, como lo es cuando hay tanta diferencia. El Madrid pareci itirlo en la segunda mitad y slo el coraje de Llull y Felipe Reyes evit una sangra mayor. Ante un Bara as, es difcil hacer mucho ms, pero del conjunto blanco se esperaba hoy otra cosa.