HOY en MARCA: Portada 3n2p1f
DISCURSO DE EDUARDO INDA
Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Ministro de Cultura. Presidente de la Asociacin del Ftbol Argentino. Seoras, seores, amigos, amigas, futboleros todos.
En primer lugar quiero dar las gracias por duplicado. Gracias por una hospitalidad que nos ha hecho sentirnos, no como en casa, sino en casa. Gracias por hacer coincidir esta ExpoFoto con una fecha tan importante para ustedes como es el Bicentenario de la Ciudad. Fecha, por cierto, que marca en la Argentina el paso de la edad de la oscuridad a la edad de las luces. Tampoco puedo olvidarme de otro nada insignificante detalle: esta tierra fue descubierta hace 500 aos por un compatriota nuestro, Juan de Garay.
Inicio este discurso con un pensamiento que el superlativo Jorge Luis Borges sola repetir con ese tono tan sensual con el que en esta tierra le ponen msica al castellano:
“Siempre imagin que el paraso sera algn tipo de biblioteca”.
El espectculo de la Bombonera es al ftbol lo que una obra de Velzquez al arte
Uno, que creci con El Aleph y con Ficciones, coincida casi sistemticamente con el Premio Nobel que no pudo pero debi ser. Ayer me inici en la respetuosa discrepancia. Ayer vi la luz en esa Bombonera que tantas y tantas veces haba contemplado por televisin. Un estadio azuliamarillo que se me antojaba una suerte de meca en versin pagana. No hizo falta siquiera que el partido se jugara —los tres minutos celebrados fueron una charlotada— para descubrir que muchas veces la felicidad suprema est ms cerca de lo que uno se imagina porque reside en las pequeas cosas de la vida o se refugia en recovecos aparentemente triviales.
Uno crea haberlo visto todo hasta que se estren en ese espectculo superlativo, maysculo e irrepetible de la hinchada animando sin parar tres horas antes de que el rbitro sealase el inicio de un Clsico que es al ftbol lo que una pintura de Velzquez al arte, lo que un do de pecho de Plcido Domingo a la pera o lo que un diseo de Santiago Calatrava a la arquitectura.
Siempre tuve la conviccin de que Bill Shankly era un exagerado cuando repeta aquello de que “mucha gente piensa que el ftbol es un juego a vida o muerte, pero es mucho ms que eso”. Hasta ayer. Ayer, nada ms cruzar la frontera que separa la galaxia Boca del resto del universo porteo, certifiqu que no era una tan bella como bonita a la par que marketiniana fantasmada al uso sino una realidad nada subjetiva que invade, casi, casi, el terreno de lo emprico.
Mi coco no pudo por menos que bucear en la memoria para acordarme de esa otra sentencia que subraya que “el ftbol es una excusa para ser feliz”. En la Argentina la pelotita es una excusa para evadirse de la realidad de unos polticos que no pueden ser peores porque son inempeorables, de una economa que slo va bien para algn matrimonio que otro y alrededores y de una nacin en la que cualquier instante de placer, por pequeo que sea, va instantneamente a parar a la calle del olvido empujado por la mala noticia de turno. Al punto que si El Cid hubiera vivido en la Argentina contempornea y no en la Castilla de hace 900 aos hubiera exclamado con ms fuerza si cabe aquello de “qu buen vasallo sera si tuviera buen seor”. No incluyo obviamente a un Mauricio Macri que es un rayo de luz en una Sudamrica que camina 30 aos atrs con esta deleznable moda de mesas strapas y corruptos. Un Mauricio Macri, que por el bien de la Argentina espero que sea el prximo presidente de la Repblica.
Los argentinos son tan conscientes como los no argentinos de que sus polticos les darn tantos disgustos como alegras unos futbolistas que nos hacen pensar que los libros de historia mentan cuando nos contaron que el ftbol lo inventaron los hijos de la Gran Bretaa. A lo mejor fue as, pero no cabe ninguna duda de que bien se lo podan haber sacado de la chistera los hijos del gran San Martn. Es fsica y metafsicamente imposible encontrar tanto talento futbolstico concentrado como en la Argentina. Y no slo en trminos relativos porque intuyo que si lo medimos con parmetros absolutos arrojaramos idntica conclusin.
En la Argentina la pelotita es una excusa para evadirse de la realidad de unos polticos que no pueden ser peores
No saben hasta qu punto estoy orgulloso de levantar hoy, aqu, en este escenario mgico de La Recoleta, el teln de esta ExpoFoto. Para empezar, porque con ella pretendemos devolver a la Argentina parte de lo que la Argentina le dio al ftbol espaol. Y lo hacemos aun a sabiendas de que estaremos eternamente en nmeros rojos con ustedes porque satisfacer la deuda moral contrada es una aventura imposible. Es tanto y tan bueno lo que recibimos que poner el contador a cero nos llevara varias generaciones.
El ftbol argentino se podra entender sin el ftbol espaol pero el ftbol espaol no se podra entender sin el ftbol argentino. La Liga BBVA le debe todo a una Argentina que es en cantidad la segunda cantera ms importante del ftbol de la madre patria, obviamente, tras el propio ftbol espaol. Algo que no resulta tan obvio si pasamos a un apartado cualitativo en el que seguramente nuestros anfitriones nos ganaran por goleada. Tomando como referencia el patrn de la excelencia, no nos quedara ms remedio que itir que los argentinos han sido ms importantes que nadie en nuestra competicin.
De los cinco ms grandes en 81 aos de Liga hay tres que son made in Argentina: Alfredo di Stfano, perdn, Don Alfredo di Stfano, Diego Maradona y Lionel Messi. Cosas de la vida los otros dos tampoco eran espaoles: Cruyff y Zidane. De entre todos ellos sobresale imponente, marcial, indiscutible, Don Alfredo. Una Saeta Rubia que vino al mundo hace 83 aos aqu al ladito: en Barracas.
Don Alfredo cambi el ftbol espaol, revolucion el ftbol europeo e hizo de un club mediocre hasta entonces, el Real Madrid, el mejor de la historia formando tndem con un visionario irrepetible llamado Santiago Bernabu. Los blancos pasaron de no comerse un coln o de comrselo de cuando en cuando a conquistar cinco copas de Europa seguidas adquiriendo por derecho propio la vitola de mejor equipo de la historia.
El ftbol espaol no se podra entender sin el ftbol argentino
De Diego Maradona qu les voy a contar que ustedes no sepan. Yo slo me lamento de que nos dejase antes de tiempo. Al punto que me encantara hacer por un da de Dios, darle al botoncito de la historia, ejecutar la pertinente marcha atrs y conseguir que su paso por Espaa no hubiera sido flor de dos aos sino un longevo episodio. El que suscribe lleva 25 aos echando mano de ese tan inmoral como inevitable acto que es preguntarse por lo que pudo haber sido y no fue. Qu hubiera sido de nuestra Liga si el 10 no nos hubiera abandonado de la noche a la maana rumbo a Npoles? O si, como estuvo en un tris de ocurrir, hubiera fichado por el Real Madrid?
No s cuntas veces me habrn cuestionado por estos lares si Messi es tan bueno como parece. Si no han sido 20, habrn sido 30 y si no han sido 30 superarn seguro las 40. Quiz tantas como me lo habrn puesto a parir por no jugar tan maravillosamente bien cuando viste de albiceleste que cuando gasta zamarra blaugrana. Yo, si me permiten la licencia, apuntar un vaticinio: de continuar as, no slo se convertir en el sexto grande de la historia tras Don Alfredo, Pel, Cruyff, El Diego y Zidane, sino que puede dejar chico a estos cinco. Ese juez insobornable que es el tiempo dictar sentencia, pero tranquilos porque antes o despus explotar con la seleccin argentina. Ah! y no se olviden de un Kun Agero que tambin huele a Baln de Oro.
La Liga BBVA le debe todo a Argentina
Las 260 imgenes que hoy aqu dejamos a modo de perenne estandarte de MARCA valen ms que las 1.503 palabras que conforman este discurso. Lo cual no quita para recordar que 300 argentinos han jugado profesionalmente en Espaa desde que la Liga es Liga, que en estos momentos hay 170 en todas las categoras y que 15 de ellos, desde Di Stfano a Hctor Rial pasando por un Rubn Cano que nos meti precisamente en el Mundial del 78, se desempearon con La Roja.
No puedo ni debo olvidar que fueron tambin unos argentinos los que, ellos solitos, hicieron grande, grandsimo, a una entidad histricamente pequea que ahora vaga por la Segunda divisin: la Unin Deportiva Las Palmas. Entre Carnevalli, Brindisi, Wolf y Morete transformaron un club modesto en un equipo pequeo, s, pero matn.
Nunca dejar de irar cuasi platnicamente a Borges ni jams podr resistir la tentacin de mandar a tomar por los cuatro vientos a los acadmicos suecos por privarle por oscuras razones a l y a Cortzar de una gloria que era suya y nada ms que suya. Pero s he de confesar que el mito se me cay un peln, tampoco mucho la verdad, cuando alguien me cont que el escribidor sostena que “el ftbol es popular porque la estupidez es popular”. Si as fuera yo me declaro pblicamente un estpido.
Empec con Borges y termino con Borges. “El tema de la envidia”, acostumbraba a comentar el literato de Palermo, “es muy espaol, los espaoles siempre estn pensando en la envidia”. Tena ms razn que un santo. El que suscribe experiment una irrefrenable envidia, sana pero envidia al fin y al cabo, cuando vio montada esta mgica Torre de Babel que es esta ExpoFoto. Teniendo la misma poblacin que ustedes le han suministrado al planeta ftbol veinte veces ms talento que nosotros. Me consuelo pensando que el desequilibrio se va corrigiendo y que tal vez podamos acortar distancias el 11 de julio en Johannesburgo.
Sirvan estas ltimas lneas para ejecutar un supremo acto de justicia: dedicar la ExpoFoto a un Di Stfano pionero y por siempre maestro y genio. Sin l nada hubiera sido igual. Ni ac ni, sobre todo, all.
Va por usted, DON ALFREDO.
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Eduardo Inda saluda a Julio Grondona, presidente de la AFA, con Adolfo Donati detrs.
FOTO: GUSTAVO ORTIZ / MARCAEn MARCA.com en las ltimas 24 horas
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