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El Real Madrid no est dispuesto a arrojar la toalla. Los de Pellegrini cumplieron con su cometido en el Mediterrneo de Almera, escenario de un correcalles de partido que benefici los intereses de los blancos. El Madrid recibi una bofetada por medio de Crusat y no tir la toalla. Acab ganando el combate, sangrando, comprometindose a ganar todo lo que queda de aqu al final del campeonato y soar con algo que parece imposible, el doble error del Barcelona. Pero, secretos del ftbol, nunca se sabe. El Madrid est obligado a creer en ello.

El Madrid sigue vivo despus de remontar en Almera un encuentro que le puso en dificultades y cerca del riesgo de dejarse llevar. No lo hizo. Quiso ganar y lo consigui con goles de Cristiano y Van der Vaart, nicos futbolistas que superaron a un inconmensurable Diego Alves, que par lo que lleg con todas las partes del cuerpo. El disparo de Van der Vaart, el 1-2, fue inalcanzable para l y para cualquiera. El latigazo del holands contena la furia del '23', que no haba dado ni una en todo el encuentro. El cuero lo salpic el csped y acab en las redes. Respir el Madrid, despus de agobiarse y plantearse el final de la temporada.

Lillo invent con el Real Madrid al otro lado del cuadriltero. El tolosarra se plant con tres defensas, dos de ellos laterales como Mchel y Cisma, que se limitaron a preocuparse de Cristiano e Higuan. Por delante, el Almera dispuso un trivote de msculo que de poco sirvi. Los rojiblancos cedieron demasiado terreno desde el pitido inicial y el Madrid tom el mando. Pellegrini recurri a Guti para encontrar la luz en una sala de mquinas en la que repitieron Xabi, Gago y Van der Vaart respecto al Clsico del naufragio blanco. Los blancos conectaron con ms facilidad que nunca por el centro, visto el habitual desconocimiento de los costados.

Crusat hurg en la herida
El Almera lo fi todo a la velocidad de sus dos puales, Crusat y Piatti, amenazas locales al contragolpe. En una de sas, marc el Almera. Kalu Uche irrumpi dentro del rea por sorpresa y al Madrid le pill desprevenido. El centro del nigeriano se pase por el rea pequea y acab en el segundo palo. Por all, apareci Crusat, vigilado con la mirada por la defensa madridista, para fusilar a Casillas. El Madrid comenz a desangrarse.

El gol de Crusat le hizo perder la memoria al Madrid, que olvid su primer cuarto de hora, meritorio. Los de Pellegrini comenzaron a tener malos recuerdos del Clsico, recuerdos pisoteados por Cristiano Ronaldo. El portugus recogi un baln cerca del rea y fue el origen del empate. Cristiano pedale, encar a Alves y le bati con un zurdazo con veneno. Ronaldo se llev la mano a la oreja acordndose de los crticos. No fue su mejor partido, estuvo acelerado hasta lmites insospechados, pero empat el partido y cre un parntesis en el encuentro que necesitaba el Madrid.

Van der Vaart se quit los males
Tras el descanso, a Pellegrini, ingeniero en el banquillo, se le ocurri meter a Diarra en detrimento de Gago. El Madrid nada gan en el centro del campo. El Almera, que no estaba invitado, se atrevi a jugarle al Madrid a la cara. A nadie le import. El Mediterrneo se convirti en un manicomio con un baln de por medio. Cada prdida con el cuero era amenaza de ocasin en las porteras. En la del Almera, apareci siempre Alves para retrasar la ventaja madridista.

Se suicid el equipo de Lillo y regal unos espacios que el Madrid pudo aprovechar para hacer un descosido. No lo hizo, se conform con su obligacin. Marc Van der Vaart y con eso le bast. Las florituras ni importan. El Madrid acab con los dos Diarra, maestros del toque, al lado de Xabi. Benzema, por su parte, cont con cinco minutos de rigor, sustituyendo al peor Higuan de los ltimos tiempos. Era el Real Madrid, que no se ahog en el Mediterrneo, prolongando una persecucin sin destino marcado.

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