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Muchos pensarn que ya lo ha hecho y probablemente sean algunos de los mismos que lo sentenciaron en su momento pero, haciendo honor a mi costumbre por discutir, debo decir que an no considero que estemos viendo al mejor Rafael Nadal, aunque falta muy poco para ello. No me refiero a su juego, est siendo excelente. Tampoco me refiero a su fsico, su estado de forma es impresionante a pesar de su ausencia en Barcelona. Me refiero a su fuerza mental, aspecto en el que es el mejor jugador del mundo aunque todava no haya llegado al nivel de antao. Esa categora se recupera a base de ganar no slo partidos, algo que viene haciendo con regularidad desde el verano pasado incluso en su peor momento, sino con victorias ante los 'Top-Ten' y, sobre todo, ganando torneos importantes.

Rafa, a pesar de llevar todo el ao 2010 con buenas sensaciones, no acababa de demostrar la suficiente confianza y determinacin en los momentos importantes como se pudo apreciar en las semifinales de Indian Wells y Miami. Eran demasiados meses sin ganar torneos y eso es algo que pasa factura. El regreso a la tierra batida era lo que Nadal requera para recuperar ese instinto ganador que siempre le ha caracterizado y que ser el que pueda convertirle de nuevo en nmero 1 del mundo. Montecarlo result ms fcil de lo previsto a pesar de enfrentarse al jugador con ms victorias en tierra del ao, Juan Carlos Ferrero, al mejor David Ferrer de los ltimos meses y a un Fernando Verdasco que vena de arrollar a Novak Djokovic para alcanzar su primera final en un Master 1.000. Los prximos torneos nos ofrecern tarde o temprano la oportunidad de poder ver al de Manacor contra Federer, Djokovic, Murray y el resto de 'Top-Ten'. Si Rafa consigue derrotarles, especialmente si lo hace en las finales, me unir y dir que el mejor Nadal ha vuelto.

Volviendo a Montecarlo, tres espaoles en semifinales y cinco en cuartos confirmaron la hegemona de los nuestros en arcilla. Y al igual que ocurri all con Nadal, se demuestra que los nuestros encaran las citas en tierra con otra mentalidad. Se puede decir que es algo similar a la transformacin que sufren algunos equipos de ftbol dependiendo de si juegan en casa o fuera. El tenista espaol se crece en tierra, se ve mejor que los dems y, en definitiva, se lo cree, algo fundamental para conseguir victorias en este deporte mentalmente tan duro. En el caso de competiciones menores, como Challengers o Futures, el porcentaje de victorias de los nuestros es muchsimo mayor en tierra que en pista rpida. En los Futures es llamativo ver como en general los torneos de tierra que se organizan en Espaa tienen poca presencia extranjera y los de rpida tienen poca presencia espaola. La cantidad de pistas de tierra batida que tenemos, un sistema de entrenamiento ideal para esta superficie y la fuerza mental que nos caracteriza, son algunos de los motivos por los que esto sigue ocurriendo. La mayora de torneos profesionales que organizamos son en tierra y en ellos aprenden a ganar nuestros jugadores.

En definitiva, el tenista espaol est acostumbrado a ganar en esa superficie y aunque el calendario ATP favorece ms a los especialistas en pistas rpidas nos llevar mucho tiempo modificar esta caracterstica que, como si de un gen se tratase, llevamos dentro.