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Pues visto lo visto, normal que el Sevilla no haya querido jugar la final de Copa en Madrid. Entre otras cosas, porque ha perdido sus tres partidos ligueros en la capital del Reino en el tiempo de prolongacin, encuentros que lleg a ir ganando. Repasen los hechos y comprendan que los nervionenses tengan pesadillas con slo or mencionar la palabra 'Madrid'.

Claro que en esta ocasin el Getafe tuvo un aliado inesperado. En su afn por sumar 'mritos' para acudir al Mundial de Sudfrica, lvaro Negredo, madrileo para ms seas, no slo no marca goles sino que ahora se dedica a regalarlos.

Corra el minuto 92 de partido y el Getafe estaba tan muerto como el Sevilla, por mucho que jugara con un hombre ms tras la rigurosa expulsin de Kanout. Pero ah estuvo Negredo para perder un baln infantil, inocente, imperdonable, ante el Cata Daz. Del centro del argentino surgi el penalti de Lolo a Parejo.

Puede parecer exagerado 'matar' a un jugador por una accin aislada, pero cuando ese futbolista es el ms caro de la historia del club y lleva tres cuartos de temporada cubrindose de gloria, lo mnimo que se le pide es que no regale un punto que puede ser vital, que va a ser vital, para el devenir de la entidad hispalense.

El Getafe, que tambin merece lo suyo, venci porque fue mejor y porque aprovech el ltimo hlito del partido para sumar tres puntos que le catapultan en la lucha por los puestos europeos.

Dupla letal
Antes, en los 91 minutos previos, desaprovech la oportunidad de 'cerrar' la contienda en la primera media hora, en la que, amn de anotar un gol, se top tres veces con los palos. El Sevilla, por entonces, era el del Madrigal y Zorrilla, es decir, una calamidad.

Pero es mal negocio dejar con vida a un equipo que cuenta con jugadores como Luis Fabiano y Kanout. Entre ambos, con la inestimable ayuda de Adriano, volvieron loco a los centrales azulones y presentaron la candidatura del Sevilla al triunfo.

Pero ah apareci la fe del Geta para igualar las tablas hasta en dos ocasiones. Pedro Len, una vez ms brillante frente a los rojiblancos, y Manu dejaban las cosas como al principio, un punto para cada uno, aunque haba mediado una batalla con ribetes picos.

Luego lleg lo ya reseado al principio de esta crnica. Borrn de los gordos de Negredo y victoria azulona, porque esta vez ni Palop, que no pudo detener la pena mxima, ni Clos Gmez, que mand repetir el lanzamiento, salvaron el pellejo al vallecano. Tiene cuatro partidos para redimirse, aunque la paciencia de la aficin nervionense tiene un lmite.