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El Regal Bara ya puede gritar bien fuerte que es el mejor equipo del continente. Mejor que cualquier otro club que juega en Europa, tal y como lo ha demostrado ante Madrid, CSKA y Olympiacos, y capaz de vencer a todo el que se le ponga por delante. Un equipo de ensueo que ahora tiene un nuevo ttulo bajo el brazo: una Euroliga (la segunda del Bara) que culmina un proyecto descomunal.

La final de Pars tuvo menos historia de la esperada porque el Regal Bara es mejor equipo que el Olympiacos. Antes del partido, haba dudas. Los griegos tienen la plantilla ms cara, al jugador mejor pagado y una rotacin de lujo. Pero el Bara es mejor. Pura y llanamente. Y adems, con diferencia.

Una superioridad manifiesta que acaba minando la moral de los rivales como un rodillo imparable al que, de momento, no se le conocen frenos.

El Olympiacos lo intent desde el principio, pero no fue suficiente. Un espectacular Teodosic lanz a los griegos en el arranque, con 7 puntos que hacan presagiar partido. Mickeal, con 10 puntos en el primer cuarto, puso las cosas en su sitio. El Bara se hizo con el mando del partido y la salida de Teodosic ayud a consolidar el mando azulgrana.

El base serbio llegaba a la final tocado por un virus estomacal y no estuvo al cien por cien. Cuando Milos se fue al banco, Pascual sac a sus perros de presa, Grimau y Sada, para asfixiar a Papaloukas. La zona griega no funcion y la ventaja de los azulgrana fue aumentando progresivamente hasta llegar a la barrera psicolgica de los 10 puntos.

Y ah, el Olympiacos se baj del partido. Cuando el Bara coge diez puntos de margen es muy difcil que pierda el partido. La sensacin de superioridad es tal que parece que, hagan lo que hagan, sus rivales no sern capaces de remontar. Y hoy, aunque el Olympiacos se puso a cinco puntos en el tercer cuarto, jams dio la sensacin de ser capaz de ganar a los azulgrana.

Cuando los griegos se acercaron, Navarro se encarg de hacer crecer la diferencia de nuevo. El escolta, merecido MVP con 21 puntos, demostr una vez ms que le van los partidos grandes y dio un recital de saber estar y anotar cuando hizo falta. A partir de ah, recital azulgrana.

El Olympiacos, desquiciado, asisti a un festival del Bara, que se gust antes de levantar un ttulo. Hasta el inmortal Papaloukas tuvo que hincar la rodilla ante un Bara que ya es historia del baloncesto.