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Era la guerra, pero una guerra desigual. Seis novillos que tuvieron todo el condimento para traer de cabeza a sus tres 'lidiadores'. Algunos con casta desbordada y otros con un peligro pregonado. Novillos con hechuras de toro y algunos con sentido de autnticos marrajos. Y enfrente esos tres chicos que no tenan ni el ms mnimo soporte tcnico y las condiciones necesarias para enfrentarse a semejante aluvin de embestidas con direccin a la pechera.

No es de extraar que dos de los damnificados escucharan los tres avisos. Paco Chaves, adems, lo soport con mal carcter. No pudo con ninguno de sus dos enemigos y encima se descar con la plaza. Su incapacidad para lidiar con mnima solvencia era evidente. Aquello le vino muy grande. El primero le permiti algunos muletazos, pero al final se creci y el de Badajoz no pudo con l. En el cuarto arroj la toalla, as de sencillo.

Miguel Hidalgo vi como los bueyes se llevaban vivito y coleando al quinto novillo. Lo peor para l es que con el segundo, el mejor de la corrida, estuvo muy por debajo del de Moreno Silva.

Antonio Rosales sali mejor librado de aquel tormento. Pero tambin tiene su nota negativa porque el tercero humillaba y meta la cara. No se cruz nunca y apenas tuvo entidad lo poco que desarroll en la cara del novillo. En el sexto no quiso problemas ante el peligro del novillo y cort por lo sano.