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Por segundo da consecutivo el toro ha estado muy por encima de la terna. Esta vez los toros de Nez del Cuvillo, serios y astifinos, sacaron clase, aunque no demasiada fuerza. Una corrida para paladearla, para bordar el toreo, para abrir la puerta grande. Al final el balance artstico se queda reducido a escombros. Ni la oreja pueblerina que le dieron a Perera por un revolcn podra equivocar al ms inocente aficionado. Una tarde ms de decepcin en la que se desperdici una buensima corrida.

Para Curro Daz era la ocasin de su vida. Le dieron la sustitucin de Manzanares con una corrida de uno de los tres hierros ms lujosos de la actualidad. Vamos, que ni se lo soaba el de Linares. Y es posible que verse anunciado en este cartel de relumbrn terminara por confundir al melenudo torero. Lo cierto es que no di una a derechas. A su primero lo tore fuera de cacho y se dej enganchar el engao con facilidad. El cuarto meta la cara de verdad, un toro para consagrarse. Daz no encontr ni el temple ni el ritmo de la faena y decidi irse por la espada de verdad proclamando su fracaso. No se volver a encontrar otra oportunidad. A propsito, qu mrito haba acreditado para esta sustitucin?.

Perera no lo tena fcil despus de su pauprrima actuacin en Sevilla. Madrid y Cuvillo eran su tabla de salvacin. Y la tuvo en su primero, un toro soberbio, de mucha clase. Perera estuvo intermitente, sin redondear, abusando del toreo al hilo del pitn, sin cruzarse un milmetro. Una faena ramplona que tuvo el colofn de un susto maysculo al intentar un muletazo con la izquierda. La cogida impact en la plaza. No fue nada, menos mal, pero le sirvi a Perera para que le dieran una oreja barata, de plaza de carros.

Su segundo toro tena las fuerzas al borde de la invalidez. El torero se empe en aburrirnos con una faena tan larga como intil.

Los detalles ms toreros de la tarde estuvieron en la muleta de Talavante, en el inicio de su primera faena. Pero aquello no pas de ser un pellizco, un apunte de cartel de toros. El resto de su actuacin, ante un magnfico lote, estuvo presidida por los enganchones, los desarmes y, de vez en cuando, un muletazos de relumbrn. Muy poquito para el gnero que tena delante.

Abri plaza un muchacho a caballo con casaca portuguesa. Lo mejor, su brevedad. Ah, se llama Joao Moura. Qu pintaba all?