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Salvador Corts contina con su idilio en 'su' Maestranza de Sevilla, donde ha cortado dos orejas al sexto toro, levantando una plomiza tarde y 'resucitando' ante sus paisanos en la tradicional corrida del Corpus. El sevillano es el nombre propio de un festejo que hasta ese momento estaba resultando aburrido y pesado por el desrazado juego de los de Martn Lorca.

Todo cambi en el que cerraba plaza, un buen animal que tuvo un fondo de nobleza y que colabor hasta los instantes finales. Tras un gran tercio de banderillas, en el que los hermanos Luis y Pedro Mariscal as como Agustn Romero hicieron sonar la msica, Corts se fue a los medios para comenzar su faena.

Con la muleta en la mano derecha, se sucedieron varias tandas de buen trazo, bajando la mano y adaptndose a la embestida del de Martn Lorca, levantando los primeros ols. Al natural mantuvo el nivel, con la limpieza y el temple como principal virtud. Poco a poco el toro se fue viniendo abajo y Corts sigui buscndole las vueltas hasta lograr un cambio de mano sucedido con un natural largo y profundo. Tras una certera estocada llegaron las dos orejas y su salida a hombros por el patio de cuadrillas. Con el invlido tercero, no pudo hacer nada.

Juan Jos Padilla se encontr con un primer toro que no se emple ni en el capote ni en el tercio de varas, presentando complicaciones sobre todo por el pitn derecho. El de Jerez slo pudo estar dispuesto para intentar sortear las dificultades. Lo mejor, una tanda de naturales. Al cuarto lo banderille con voluntad antes de realizar una faena en la que predomin su disposicin y oficio, con un toro con buen son al que le falt transmisin en sus embestidas. Pese a ello, le rob algn muletazo estimable.

Uceda Leal tuvo delante, en primer lugar, un animal que empuj en el caballo pero que busc querencia de tablas cuando tom la muleta. El madrileo intent sacarlo a las afueras para plantearle una muleta basada por el pitn derecho, con falta de continuidad por la tendencia del de Martn Lorca a marcharse a tablas. Lo mejor, una certera estocada.

El de a tampoco tuvo muchas opciones ante el quinto, que aunque se desplaz al principio de faena nunca tuvo clase en su embestida, mirando siempre al torero en cada cite. Molest ese comportamiento a Uceda, que no pudo lucirse.