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Es evidente que cuando los toros no acompaan los toreros se ven obligados, al menos, a presumir su valor. Gallarda y vergenza torera. El encierro de Torrealta no dio para nada. Morante se aplic poco; Perera sac brillo a su capote; y Luque, algo acelerado, mantuvo la tensin de sus faenas susurrando cada muletazo en la cara de sus enemigos.

El tercero de la tarde fue el bocel ms vivo. Emprendi sin protestar la persecucin del capote e insisti en la caza del engao hasta que se qued sin fuerzas para el ltimo tercio. Daniel Luque lo hizo todo: se movi inquieto delante del astado, valiente y arriesgando mucho; pidi la msica cuando se sinti legitimado; acort distancias a cada tanda hasta que el toro le rasp la taleguilla; y mat con un estoconazo que le vali la puerta grande.

La Monumental de Frascuelo volvi a demostrar que es una plaza fcil. El criterio de premios no sigue una pauta. El pblico presiona. "Es su fiesta", debe pensar una presidencia de mano generosa y esquiva a los problemas. Luque repiti en su segundo el patrn de su primera actuacin y recibi un apndice.

Igual de meritorio estuvo Miguel ngel Perera en el primero de su lote, ejemplar al que Joselito Gutirrez plant un magnfico par de banderillas reconocido con una merecida ovacin del respetable. Luego sigui Perera con un quite por tafalleras que a la postre fue lo nico digno de recordar en la inevitable tertulia que ameniza el abandono del coso.

Al segundo en suerte le pudo sacar el diestro extremeo mayor renta de haber acertado con la espada. Comenz el trabajo de muleta citando de lejos, cambiando el rumbo de la muleta con los pitones a un par de palmos. Luego acort distancias hasta mantener la tensin del tendido por el riesgo inminente de cogida conforme el toro aprendi las reglas del juego. Algunos instantes parecieron improvisados, lo que qued patente en la falta de concentracin que mostr con la espada. La tuvo que armar cuatro veces.

De Morante no hubo noticias. Destila torera en cada uno de sus gestos, pero toreando gast pocos. El torero bohemio result rancio y aptico, despreocupado. Tampoco sus enemigos le ofrecieron nada, sobre todo el primero. Se espera siempre tanto de l que los detalles no bastan. Convirti sus dos actuaciones en un trmite y abandon el ruedo con divisin de opiniones.