Marca.com 1f5h4i

20 de julio de 2009. Mateus Alberto Contreiras Gonalves, ms conocido como Manucho, fija sus objetivos en su presentacin como delantero del Valladolid. "Mi meta es marcar entre treinta y cuarenta goles", dijo entonces el delantero angoleo.

14 de junio de 2010. Samuel Eto'o, capitn y estrella de la seleccin camerunesa, asegura en una entrevista con el diario 'L'quipe' que "Camern puede ganar el Mundial. La gente cree que estoy loco cuando digo esto, pero si crees que tienes el mejor equipo del mundo, eres ms fuerte".

Hay por ah un jugador norcoreano, un tal Jong Tae-Se al que apodan el 'Rooney asitico' -aunque l dice que se parece ms a Drogba-, que ha prometido un gol por partido en este Mundial y que compara a su seleccin con la alemana "por mentalidad".

Pues bien, de estos tres el menos 'sobrao' es el asitico, porque an puede conseguir lo prometido, aunque uno apostara a su madre en contra. El resto, en el mejor de los casos, produce perplejidad, asombro, casi conmiseracin.

Porque ver a Camern sobre el terreno de juego produce cierto estupor. Quin la ha visto y quin la ve. Eran muchos los que aventuraban que cuando el ftbol africano lograra cierto orden tctico iba a arrasar en los mundiales. Corra el ao 1990 y los Leones Indomables rozaban las semifinales del Mundial de Italia. En este caso, se cumple el adagio. Ya saben, cualquier tiempo pasado fue mejor.

Qu horror
Japn, una de las selecciones ms dbiles de la cita sudafricana, se llev los tres puntos con la ley del mnimo esfuerzo y pasando los apuros imprescindibles cuando el reloj rozaba la hora y media de partido.

Horror. No hay palabra que defina mejor lo presenciado durante gran parte del encuentro en el Free State Stadium de Bloemfontein. Con dos equipos asustados con la sola idea de asaltar la meta contraria, presenciar ocasiones de gol pasaba a ser poco menos que una quimera.

Balonazo que iba, balonazo que vena. Hasta que Matsui puso un centro decente desde la banda derecha del ataque nipn, la zaga camerunesa se haca un lo tratando de despejar el esfrico y Honda, el mejor de los Samuris Azules, controlaba en el segundo palo para batir sin remisin a un Hamidou poco menos que vendido.

Camern tena as motivos sobrados para lanzarse al ataque, demostrar sus credenciales, pero ni por sas. Eto'o, en su nica jugada rescatable del choque, pudo propiciar el empate si Choupo-Moting afina un poco su remate cruzado. Corra el minuto cinco del segundo acto y hubiera supuesto un giro argumental interesante a un partido infumable, pero Choupo-Moting no es Diego Milito ni Camern juega como el Bara ni tiene la pegada del Inter. Fin de la historia.

El reloj sigui corriendo inexorablemente y ni la tarda entrada de Eman -en el banquillo de forma incomprensible- daba nuevos bros a los hombres de un acongojado Le Guen, que pugna con su compatriota Domenech por el ttulo de 'entrenador ms original -y desastroso-' de este Mundial.

El 2-0 el 1-1
Incluso pudo llegar el segundo de los nipones si Hamidou no se aplica a la hora de despejar un buen disparo de Hasebe desde fuera del rea -el posterior remate de Okazaki al palo no vale porque estaba en fuera de juego-.

El ftbol, caprichoso coma una nia en su puesta de largo, pudo regalar un punto a la seleccin africana si el trallazo de Mbia desde 25 metros hubiera besado las mallas en vez de estrellarse con estrpito en el larguero de la meta nipona.

Y an pudo empatar Camern si Kawashima no hace la parada de la tarde a un remate de Web desde el borde del rea pequea, aunque el colegiado luso Olegario Benquerenca haba anulado la accin por juego peligroso de Eto'o.

Al final, Japn, que haba perdido hasta en los entrenamientos en lo que llevamos de 2010, se llev el gato al agua. El len, por mucho que se empee Eto'o, tiene uas en vez de zarpas y, si no cambia mucho la historia, las horas contadas en este Mundial.