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Tras hacer un ridculo sin precedentes en la Copa, fracasar estrepitosamente en la Champions y desperdiciar una de las mejores plantillas de la historia, lo nico bueno que los aficionados blancos podan decir de Manuel Pellegrini es que su comportamiento pblico haba sido ejemplar. Que era un seor. Pero hasta eso ha perdido El Ingeniero. Su rajada desde Chile es un ejemplo de lo que nunca debe hacer un caballero y demuestra por qu jams debi sentarse en el banquillo blanco.

El chileno habla a toro pasado y desde ms de 10.000 kilmetros de distancia. Lanza acusaciones sin pruebas a sabiendas de que ni Florentino Prez ni Jorge Valdano, los dos principales implicados en este asunto, le van a contestar. Sabe que las batallas dialcticas a travs de los medios no tienen cabida en el libro de estilo del Real Madrid. Sus palabras son, por tanto, cobardes y traicioneras.

Asegura que el Madrid vendi sin consultarle a futbolistas con los que l contaba, pero no dice por qu no alz la voz en su momento. Si Pellegrini crea, como dice ahora, que no tena plantilla para ganar la Champions debi decirlo pblicamente, pues saba que se era el gran objetivo del club. No lo hizo. Al contrario, sigui alimentando la ilusin del madridismo hasta que el Olympique de Lyon la cercen de raz. Asegura que no tena peso en el organigrama tcnico, que su opinin no contaba lo suficiente, pero no explica por qu acept seguir trabajando en esas circunstancias, por qu no present la dimisin.

Y el Alcorconazo? El Ingeniero no da ninguna explicacin sobre uno de los episodios ms sonrojantes de la historia del club. Tampoco sobre por qu perdi sistemticamente cada vez que tuvo un rival importante enfrente. Lejos de eso, sigue presumiendo del segundo puesto y de su famoso puntaje, demostrando que est en las antpodas de ser un ganador. Por suerte para el Madrid, ya es historia.