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San Mams fue una selva para el Getafe, que sali mordido de La Catedral. En la selva se cumpli la ley de los leones, que mostraron las garras a su presa y se la zamparon. Los dientes del Athletic estaban afilados. Lo puede decir por experiencia propia el Getafe, que acab con la marca de los colmillos rojiblancos en el cuerpo.

El Athletic fue fiel a su historia y jug con el alma. Se dej la vida por cada baln, en cada carrera. El Athletic fue el Athletic y se llev una victoria con sello propio, grabada a fuego en el pecho donde est el escudo. Fue un encuentro fsico, sin tregua, sin respiro. El Getafe no ofreci respuesta. No aguant el cuerpo a cuerpo.

Son el pitido inicial y el Athletic ense las garras. Le dio miedo al Getafe en una noche de terror en la que vio fantasmas y demonios. Fantasmas hubo porque los azulones no detectaron a casi nadie. El diablo fue Iker Muniain, que convirti el partido de Pintos en San Mams en una pesadilla que nunca olvidar.

Muy de casa
Los de Caparrs estaban decididos a cumplir su misin y se llevaron por delante al 'Geta'. Dieron dos bocados antes del primer cuarto de hora. Fue demasiado para el Getafe, en el otro lado de la balanza del ftbol aguerrido. Llovi en San Mams y eso le afect a Codina, que no pudo sacar el latigazo de Iraola a los 6 minutos. El disparo del lateral toc el verde y se envenen. Reaccionar a tiempo fue misin imposible para el guardameta.

Poco despus el segundo lleg desde los once metros, donde no tuvo que irse el Athletic. Rafa y Muniain aron y el cachorro se fue al suelo. Estrada Fernndez lo consider suficiente como para pitar penalti. La falta slo existi en su imaginacin. San Jos no desaprovech la oportunidad.

El Getafe, que ya estaba herido demasiado pronto, no dej de sangrar. El encuentro fue del Athletic, que jug en su salsa, sin darse un respiro ni drselo al Getafe, que cuando amenaz se top con Iraizoz, el heredero de El 'Chopo'. Le pas en un mano a mano con Colunga y, ya en la segunda mitad, al lamentar una estirada prodigiosa de Gorka a un cabezazo del propio Colunga, que pic el baln y no fue gol porque no quiso el guardameta rojiblanco.

Vivito y coleando
Tras el descanso, el Getafe movi ficha con la entrada de Casquero y la marcha de Vctor Snchez. No sirvi de nada. El 'Geta' pens en apretar, pero no encontr el camino. El len no estaba en la jaula, estaba vivito y coleando y con los dientes preparados.

Ya cerca del final, Gabilondo volvi a entrar desde el banquillo y dej su huella en el marcador cerrando la cuenta. Era la huella de los leones hambrientos que se zamparon al Getafe de Mchel.

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