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El Real Madrid marcha con paso firme hacia la Dcima. Si el ftbol pudiera pesarse en una balanza, a estas horas estara clasificado como primero de grupo y habra roto la maldicin de San Siro. Pero este deporte tiene elementos incontrolables, como el Webb de turno, y permite que la justicia sea un trmino relativo. Porque, con las tablas de la ley en la mano, el Madrid tendra que haber ganado anoche sin pasar fatiga alguna y sin tener que recurrir al soberbio arren final que culminaron los rehabilitados Benzema y Pedro Len. Pareca imposible empeorar el arbitraje de la final del Mundial, pero el ingls logr superarse. Lo del presunto mejor rbitro del mundo con los equipos espaoles empieza a ser muy sospechoso.

San Siro asisti, asombrado, a 25 minutos sublimes del Madrid. Pocas veces en la Champions un equipo ha jugado con tanta autoridad fuera de casa y en un escenario tan mtico y hostil como es San Siro. En ese rato primoroso debi quedar resuelto el choque. La sensacin de que, una vez ms, el Milan se escapaba vivo presida el nimo del madridismo.

Cuando llegaron los goles italianos, injustos y excesivos, Mou no dej que el equipo cayera en la zozobra. Si hace slo unos das asistimos a un movimiento genial ante el Hrcules, anoche volvi a demostrar su buena mano cambiando el paso del partido. Meti a Benzema por Higuan, retir a Pepe por Pedro Len y empat el partido con los dos jugadores de refresco como protagonistas. Luego, mientras todos celebraban el empate y Allegri masticaba su amargura, Mourinho no perdi el tiempo ni en alegras ni en lamentaciones y sac a Albiol para terminar de cortar las alas al Milan.

Fue un golpe de entrenador, una demostracin de astucia, un golpe de autoridad. Uno ms de Mou.