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Hasta tres veces tuvo el Real Madrid que firmar el certificado de defuncin de un Banca Cvica irreductible. Tras cada rbrica, una resurreccin del oponente obligaba a la escuadra de Pablo Laso a rehacer sus cbalas. El duelo estuvo finiquitado en varias ocasiones en el primer y tercer cuarto, pero el espritu indomable de los de Joan Plaza les permiti volver a la vida.

Nikola Mirotic (21+3), Sergio Llull (17+4+7) y Carlos Surez (13+10) terminaron ajusticiando a su duro competidor por 92-84. El Madrid se cuela por tercer ao consecutivo en la final de la Copa del Rey. All espera su eterno rival, el Barcelona Regal, que se deshizo del Caja Laboral en la otra semifinal. Una maldicin de 19 aos sin ganar el torneo puede quedar exorcizada este domingo. O quiz no. Veremos.

Queran evitar a toda costa el sufrimiento que experimentaron en cuartos contra el Mad-Croc Fuenlabrada y los blancos tenan claro cmo hacerlo. Haba que correr, desarbolar a la defensa sevillana antes de que diese tiempo a formarla.

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Laso mand orquestar en los compases iniciales algunos saques de banda que se transformaron en canastas fciles. Sergio Llull canaliz toda su energa en una direccin de juego impecable. Asisti, anot e incomod a Earl Calloway, el hroe de los cuartos ante Unicaja. Como un cohete, el Real se distanci en el marcador. Un triple del propio Llull le confiri la mayor ventaja a los suyos nada ms abrirse el segundo acto (30-14).

La artillera blanca pareca poner cerco a la franquicia sevillana. Nada ms lejos de la realidad. El coraje de Juanjo Triguero contagi al Banca Cvica. Joan Plaza movi las piezas oportunas y los andaluces regresaron al choque con bros renovados.

Los lanzamientos desde 6,75 y el paso adelante defensivo mudaron el segundo cuarto en un correcalles. El intercambio de golpes afect al Madrid, que se tambale hasta quedarse grogui. Los tiros desde el permetro de English y Bogdanovic resultaron ser dentelladas en la autoestima de los merengues.

Paul Davis y Guille Rubio se dejaron el alma en la pintura, si bien su fortaleza y ganas se trocaron en precipitacin. Ambos tuvieron que ser sustituidos con tres faltas personales antes de enfilar el tnel de vestuarios. Cuando el Madrid volva a despegarse, Milenko Tepic anot un triple que dibuj el 46-44. Restaban 20 minutos elctricos.

Las faltas de los hombres altos, rmora insalvable

Mirza Begic aprovech la ausencia de Rubio y Davis y camp a sus anchas. Machac e hizo de la zona un infierno para los andaluces. Por si fuera poco, los madridistas pagaron con la misma moneda que les conden antes del descanso: el festival de triples de Carlos Surez y Nikola Mirotic asest el golpe mortal a su oponente. Un parcial de 27-5 desemboc en una ventaja insalvable (74-49).

Retornaba el Madrid bquico, el conjunto ardoroso e implacable de otras grandes tardes. Su furor borr del mapa a los de Plaza, los empequeeci hasta anularlos. Hubo un amago de segunda resurreccin. Era como si el profundo amor propio de los jugadores, disfrazado de visceralidad, les impidiera claudicar. Se colocaron a siete puntos (79-72) a falta de cinco minutos. Pero el reto era imposible. Remar a contracorriente seg las energas andaluzas.

Herido ya de muerte, el Banca Cvica se despidi. Y lo hizo con la dignidad de una escuadra a la que no puede reprochrsele nada porque lo ha entregado absolutamente todo.

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