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En la infancia hay cosas que te marcan y Abraham Minero todava guarda en su memoria un captulo de su vida que bien pudo cambirsela. Por suerte para l, no lo hizo. El ftbol fue ms fuerte y acab venciendo todos sus miedos, a pesar de que en su primer da en la escuela de ftbol de Granollers sali por la puerta decidido a no volver a jugar nunca ms con un baln.

Un compaero suyo tuvo la culpa. “Como siempre jugaba en la calle,mi madre me apunt con seis aos a la escuela de Granollers. Recuerdo muy bien que estbamos haciendo toques con la pelota cuando de repente vino un nio ms grande que yo y me la quit. No me lo esperaba y me fui del entrenamiento. Le dije a mi madre que ya no quera jugar ms al ftbol. Cog como un trauma y estuve tiempo sin hacerlo”, recuerda.

Hasta que le volvi a picar el gusanillo y acab en el Bara. Porque la historia de Abraham en el club azulgrana no es tan reciente como algunos creen. Ya fue azulgrana cuando empezaba y en su currculo figuran dos etapas distintas en el conjunto cul. A los 10 aos entr en los alevines y estuvo hasta los 12. Fue una poca bonita, pero tambin dura. “Cuando sala del colegio, a las cinco, ya me esperaba un taxi que nos pona el Bara para llevarme a Barcelona a entrenar junto a otros cuatro nios ms. ramos todos de la comarca y volvamos a las once de la noche. As, dos aos”.

Disfrut de esa etapa, pero el destino le puso otra piedra, en forma de lesin, en su camino como futbolista. “En el ltimo ao del Bara me lesion la rodilla derecha, me hice dao en el tendn rotuliano, me escayolaron y estuve media temporada parado. Como era un nio, cuando me lo quitaron, se me haba quedado la pierna muy delgada. Menos mal que la recuperacin la pude hacer en las instalaciones del Bara y todo fue bien”. Meses difciles que le ensearon a apreciar ms el ftbol. Por eso, y como lo que quera era jugar, dej el club azulgrana y volvi a casa.

En el Granollers estuvo de infantil hasta que lleg el primer equipo, que militaba en Tercera. Despus, el sueo de Primera se fue complicando. Se march al Figueres, un Segunda B, pero “all no me fue muy bien y apenas jugu. No me senta muy cmodo y me fui”, explica. El Blanes fue su siguiente destino donde acab perdiendo dinero. “Deportivamente fue un ao bonito pero no en lo econmico. Lo jugu todo, pero slo nos pagaron los primeros cuatro meses. El resto de la temporada nada. An me deben siete meses y ya no creo que vea ese dinero. Al final incluso perd ms que gane, porque de Granollers a Blanes hay una hora y tena que ir todos los das...”.

Tras varias decepciones, el ftbol comenz a sonrerle cuando recibi la llamada del Sant Andreu. Su entrenador, Nacho Gonzlez, le cambi la vida. “Fue l quien decidi probarme de lateral a mitad de temporada y confi en m. A base de darme minutos me hizo lateral porque yo era extremo. Me ense todo lo que tena que saber un lateral, ya que yo no haba defendido casi nunca. El segundo ao ya lo hice entero como lateral izquierdo y fuimos campeones del grupo, pero perdimos el ascenso contra el Bara B”.

Curiosamente el equipo que le fich despus. “No poda rechazar su oferta. Quise volver otra vez porque era mi sueo y tanto mis padres como yo tenamos una espinita clavada”, comenta. Jug en el filial y este verano el destino premi su insistencia con el Real Zaragoza. “Mi sueo era jugar en Primera y aqu estoy feliz”.

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