
Hasta que Carolina Marn lleg, en Espaa los nicos volantes que conocamos eran los de Fernando Alonso o Carlos Sainz. Con ella aprendimos que tambin hay volantes hechos de 16 plumas del ala izquierda del ganso. S, 16 plumas y del ala izquierda. Tambin nos ense que hay ms raquetas que las de Nadal o las de pdel que inundan los polideportivos. Porque en pleno siglo XXI sigue habiendo pioneras. Y Carolina lo es.
En 2014, Espaa se paraliz para ver por televisin a una deportista onubense que desafiaba un imperio. Carolina Marn invadi un deporte dominado por las asiticas y puso a Espaa en lo ms alto del bdminton. Emocion a un pas a base de gritos, gestos de rabia, de celebracin, y de victorias. Ya como campeona de Europa se plant en el Mundial de Copenhague. Y empez a superar rondas, favoritas, y a colarse como una intrusa del dominio de Asia dispuesta a robar la corona.

En el camino a la victoria, Carolina se deshizo de varias rivales importantes, entre ellas la china nmero tres del mundo Yihan Wang y la taiwanesa, nmero 8, Tzu Ying Tai. Y entonces lleg Li Xuerui, nmero uno mundial. Era la cuarta vez que ambas jugadoras se medan dentro de la pista y Li tena pleno con tres victorias (Open de Corea 2012, Londres 2012 y Open de Japn 2014). El primer set cay del lado de la china por 17-21. Pero Carolina no iba a quedarse en la orilla.
Ninguna jugadora haba sido capaz de ganarle un slo set a Li en todo el campeonato y Carolina necesitaba dos. Y los gan. 21-17 y 21-18 para cerrar en 78 minutos una gesta del deporte espaol y mundial. Una europea se haba sentado en un trono reservado a las jugadoras asiticas. Una nia de Huelva que a base de entrenamientos, fuerza mental y determinacin se aferr a su amor por un deporte minoritario en nuestro pas para acabar convertida en una campeona y en una referente para toda una generacin que tiene un espejo en el que mirarse con una raqueta de bdminton en la mano.