Al Athletic de Bilbao se le está poniendo cara de estrellas entrelazadas. Como el logo de la Champions League, una competición que los leones no alcanzan desde la temporada 2014-2015 (entonces no pasaron de la fase de grupos) y que sólo han disputado en el formato actual en dos ocasiones. También estuvieron presente en la campaña 1998-1999. El caso es que la racha de los leones es excelente. Tanto, que se acerca a números históricos de hace más de 40 años que traen recuerdos a San Mamés de cotas mayores. De títulos de Liga un sueño... ¿imposible para Valverde y sus chicos?
Por delante, el dato: cuentan desde OPTA, empresa dedicada a la estadística del fútbol, que los leones suman dos temporadas consecutivas sumando 31 puntos o al alcanzar la jornada 17 del campeonato, algo que sólo lograron los rojiblancos en dos ocasiones anteriormente. En las dos temporadas en las que se ganó el título de Liga por última vez: allá por la 82-83 (36 puntos) y la 83-84 (33). El cálculo, por cierto, se ha elaborado aplicando la actual norma de los tres puntos por victoria y un punto por empate. Entonces los triunfos sólo valían dos puntos, con lo que en verdad el Athletic tenía 25 y 24, respectivamente.
Ocurre que, además, en ambas temporadas, el Athletic ganó LaLiga, pero a esas alturas de campeonato los líderes eran otros. La primera temporada, el FC Barcelona. La segunda, el Real Madrid. Ahora los de Valverde tienen por delante tres conjuntos más por delante. A saber, el Barça, el Madrid... y el Atlético de Madrid que se ha convertido en un tercer invitado potencial a la disputa por el título que, sobre el papel, suele ser cosa sólo de los dos gigantes del fútbol español. La duda está en saber si esta temporada el baile será a tres... o incluso a cuatro. ¿Podría el Athletic pelear por LaLiga?
El problema de tener tres frentes
La duda, por ahora, no se la han planteado en San Mamés, donde bastante tienen con mirar a la zona de la Champions que, ya de por sí, sería un éxito para un Athletic poco acostumbrado a pisar la máxima competición continental. Además, cabe recordar que los frentes rojiblancos son varios.
En Europa, su buena trayectoria les hace estar en la zona alta de la tabla y con opciones de clasificarse directamente para los octavos de final de la Europa League. El Athletic, cabe recordar, jamás ha ganado un título europeo, así que por ese lado también tienen ambiciones. Obvio, la Copa del Rey es el otro foco de interés. Competición que ganaron el curso pasado de nuevo por primera vez en 40 años y que, además, por su especial vinculación con el Athletic, siempre se le da especial importancia en la margen izquierda de la Ría.
Mejores opciones que el Leicester en 2015
Son hándicaps que, obvio, se notan también en las apuestas, donde el Athletic no es (ni de lejos) favorito al título. Que los rojiblancos ganaran la Liga tiene una probabilidad implícita del 0,33% en las apuestas de Betfair. Casi la nada. Pero el Leicester ganó la Premier League en 2016 partiendo con muchas peores opciones que los bilbaínos. De grandes gestas el deporte tiene muchos ejemplos.
Una posibilidad, la de que el Athletic se uniera a este selecto club para sumar su novena Liga (el cuarto club con más títulos de la regularidad tras Real Madrid, Barça y Atlético), que pasa mucho precisamente por lo que hagan los otros tres históricos del fútbol español. Una posible lucha de desgaste entre los tres, con tropiezos relativamente regulares por parte de merengues, culés y rojiblancos le daría a los leones esperanzas siempre y cuando la plantilla aguantase el ritmo de intentar estar en tres frentes, otra dificultad añadida para este sueño que parece, por ahora, imposible.
En todo caso, el Athletic ahora aspira alcanzar los 70 puntos que representan su techo en este siglo XXI, precisamente con los que se clasificó para la Champions en 2014, una puntuación baja para pelear por un título que, en todo el siglo XXI, ha tenido en 76 puntos (el Real Madrid la temporada 2005-2006) su nivel más bajo para hacer a un equipo campeón de Liga. Pero soñar nunca está de más. Y en San Mamés están embarcados en una temporada de escándalo que les permite, cuando menos, permitirse alguna licencia onírica.
