Han pasado más de once años, pero aún perdura el recuerdo de Jose Mourinho en el Santiago Bernabéu. Y del mismo modo que por aquel entonces, con sentimientos enfrentados entre los aficionados del Real Madrid. Muchos veneran todavía al entrenador portugués, calificándole como el técnico que devolvió al club a la élite europea, acabando con el dominio absoluto del Barça de Guardiola. Otros, sin embargo, no le tienen por tan buena estima, sino todo lo contrario, al recordar una etapa de tres años en las que a su juicio hubo más guerras y enfrentamientos que buen fútbol y resultados.
En la actualidad, José Mourinho es el entrenador del Fenerbahçe, y aunque está peleando por intentar alzarse con la Superliga Turca, algo que no tiene nada fácil, pues los pronósticos de Betfair sitúan como claro favorito para ello al Galatasaray, con una probabilidad implícita del 87,71%, por tan solo un 23,09% del equipo que dirige éste, parece, por lo que ha declarado recientemente en una entrevista en Italia, que echa mucho de menos su estancia en el Real Madrid.
No a Florentino
Mourinho, confiesa estar arrepentido de no haber continuado en el equipo blanco en 2013 a pesar de la insistencia del presidente Florentino Pérez. "Florentino me dijo: 'Mou, no te vayas ahora, ya has hecho lo difícil, ahora empieza lo mejor. Sabía que era verdad, pero quería volver al Chelsea después de tres años de grandes desafíos en España". Y fue así como se cerró su etapa en el Real Madrid, con el que llegó a conseguir una Liga y una Copa del Rey, además de una Supercopa de España, pero con un final muy amargo, el de aquella final perdida en casa ante el Atlético de Madrid, en el Bernabéu.
El principio del fin con fiesta rojiblanca
Real Madrid y Atlético de Madrid alcanzaron ese año la final de Copa. Los blancos, tras haber apeado brillantemente al FC Barcelona en semifinales, y los rojiblancos, haciendo lo propio ante el Sevilla. El escenario elegido para albergar el encuentro fue el Santiago Bernabéu, para alegría de los aficionados de ambos conjuntos, que iban a poder animar a sus jugadores evitando los costes de desplazamiento y hoteles.
Una vez más Diego López sería el elegido para defender la portería blanca, tras la guerra Mourinho-Casillas, que había acabado con el legendario portero en el banquillo, y un nuevo incendio del técnico con su compatriota Pepe (por defender éste a su vez al propio Casillas), dejaba tambíen al central fuera de la convocatoria. Sin embargo, todo empezó bien para los madridistas, que se adelantaron muy pronto en el marcador con un tanto de cabeza de Cristiano Ronaldo. Todo hacía presagiar un nuevo triunfo del Madrid en el derbi, que llevaba más de una década con un dominio aplastante sobre su rival, pero minutos después Diego Costa fue capaz de poner las tablas en el marcador.
En el segundo tiempo, Cristiano y Benzema, con dos remates a los palos, pudieron cambiar el signo de la historia, pero lo único que acabaron encontrando los jugadores madridistas fue la desesperación, que acabó con el tanto definitivo de Miranda. Un gol que acabaría consumando la victoria del Atlético de Madrid y posteriormente, las expulsiones y las impropias conductas de Cristiano Ronaldo y Mourinho, que ni siquiera subieron a recoger la medalla de subcampeón y dar la mano al equipo vencedor.
Un dividido adiós
Días más tarde, José Mourinho afrontaría ante Osasuna su último partido al frente del Real Madrid. Sin nada en juego, los blancos derrotaron a los navarros por 4-2, aunque la noticia, no sería el triunfo, sino la última vez de Mou en el Bernabéu, que terminaría siendo una vez más un plebiscito entre sus seguidores y sus detractores, con aplausos y pitos de unos y de otros.
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