Fue la gran sorpresa de la jornada en el Stark Arena. Ryan Cro, doble campeón olímpico y plusmarquista mundial de peso, tuvo que conformarse con la plata después de que un descomunal lanzamiento del brasileño Romani llevara la bola hasta los 22,53 metros, récords de los campeonatos.
Hasta ese tercer intento del brasileño, cuarto en los Juegos de Tokio, Cro lideraba la final con 22,44, el único junto al neocelandés Walsh que habían pasado de los 22 metros.
Pero entonces llegó Romani, campeón de los Panamericanos, se colocó en el círculo e hizo volar el peso hasta los 22,53 metros. Se colocaba líder de la final y ya nadie pudo desbancarle del oro. Con esta marca, el brasileño se cuela en el top mundial indoor, colocándose cuarto de la historia por detrás de Cro, Barnes y Timmermann.
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