Alfonso Reyes, exjugador de baloncesto en el Estudiantes y Real Madrid, entre otros, y actualmente presidente de la Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP) sigue contando el día a día de su particular lucha contra el coronavirus, que comenzó el pasado 13 de marzo.
El ex jugador de Unicaja, Estudiantes y Real Madrid pasó su primera noche en el hospital y demostró que no pierde el sentido del humor ni estando ingresado con una sugerencia para la red hospitalaria: "Sugerencia para los hospitales para próximo ingreso: Algún pijama 3XL para no parecer Cantiflas".
Desde el pasado 13 de marzo Reyes estabarecluido en una habitación de su casa, aislado de sus hijos y su mujer, que le deja la comida en la puerta para que él la recoja más tarde y evitar así en la medida de lo posible el posible contagio a sus familiares.
Durante la tarde del pasado 21 de marzo fue entrevistado en 'Tiempo de Juego' para mostrar su preocupación: "Me preguntan cómo voy evolucionando, aunque estoy por ir al hospital... Tengo aquí el aparato de la saturación del oxígeno y no lo tengo muy alto, entre 92 y 93".
A las 23.00 horas publicaba un tuit con el siguiente mensaje: "Al final me ingresan. La placa ha salido algo peor que el otro día y han decidido que me quede".
Y todo después de expresar en las redes sociales su lucha con esta enfermedad.
Reyes ha ido narrando desde el primer día de la enfermedad sus síntomas, sus sensaciones, sus frustraciones e incluso su rabia. Apenas duerme por las noches por la fiebre y la tos, pero le quedan fuerzas para narrar su dolorosa experiencia.
El primer día de la enfermedad fue franco: "Me temo que he pillado el «bicho». Ayer 39°C de fiebre, escalofríos y tos seca. Esta mañana algo mejor. Estoy aislado. Estuve en o con mi hermano Felipe antes de que entrara en cuarentena. Él está asintomático", escribía tranquilizando también al personal sobre el estado de su hermano, el madridista Felipe Reyes.
Y conforme han ido pasando los días, su frustración ha ido a más, y no sólo por los síntomas de su enfermedad. La fiebre y la falta de sueño apenas le dejan dormir, como reconocía hoy en su noveno día de enclaustramiento: "38°C. Apenas he dormido, estoy exhausto. Esto es durísimo. He tenido toda la noche al 'perro negro' vagando por mi cabeza", escribía hoy a las cinco de la madrugada.
Tampoco parece muy satisfecho con las explicaciones que las autoridades sanitarias y el Gobierno están ofreciendo: "Quiero que me digan la verdad. La sinceridad ayuda a valorar la situación tal y como es. Así nos podemos preparar para lo que nos viene encima".
Esa incomprensión le ha llevado a adoptar una actitud de rechazo, que unido a los síntomas de su enfermedad, hace que lo pase aún peor. "La mentira es como el virus, no vencerá", escribió. Y a veces, no siempre, se muerde la lengua: "Mucha rabia contenida. Por el virus y lo que le rodea", reconoce.
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