Uno a uno del Real Madrid contra el Partizán: vayan haciendo una estatua a Sergio Rodríguez

"Este tío no raja nunca, es un tío feliz, siempre suma", me decía un excompañero de Sergio Rodríguez, que esperó su momento en una temporada angosta para hacer un partido memorable y meter al Madrid en la Final Four cuando el equipo blanco estaba en la lona (-18, tercer cuarto). Posiblemente sea uno de los mejores partidos en la carrera de El Chacho, a sus 36 años. Todavía le quedaba magia, puntos, dirección, asistencias y liderazgo. ¿Donde lo ha tenido Mateo todo este tiempo? No estaba acabado, claro que no. El tinerfeño sobresale en un uno a uno del Madrid con sobresalientes y suspensos.

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Soluciones individuales para momentos de zozobra. Busco el aro para resolver porque no había otro modo. Seis puntos al descanso y nueve al final. No es consistente. En otra época no sería primer base del Madrid. La extraordinaria labor de Sergio Rodríguez le puso en evidencia una vez más.

Jugó por primera vez en la serie en Madrid. Estuvo un minuto en la primera parte. Metió un triple sobre la bocina y Mateó le sentó. ¿? Cosas que pocas veces se entienden.

Salió para sustituir a Tavares ante la baja de Poirier. Le pone voluntad, pero una rotura en el Aquiles y otra en la rodilla en un jugador de 2,11 le han convertido en alguien que no está para estas guerras.

Salió con la fe de siempre, con una actitud contagiosa, muy activo en las líneas de pase. Se deja la vida, en esta ocasión el hombro. Jugó sin mover su brazo izquierdo en el ultimo cuarto, como un héroe. Qué lección, qué ejemplo. Participó en la remontada como los otros viejos rockeros (Chacho y Llull). Cuesta pensar que el Madrid depende de tres jugadores que suman 111 años, pero es que son tan rematadamente buenos.

Mateo lo eligió para frenar a Punter, pero en esta serie ha parecido misión imposible. Ha perdido protagonismo en la rotación, pero sus labores de intendencia nunca restan.

El alero croata sumó nueve puntos y algo que no se esperaba: trabajo, sudor y dedicación. Contribuyó en la remontada, con el Chacho desatado. Super Marío lo fue por su compromiso y actitud.

Es complicado asumir que el tinerfeño haya dejado para los 36 uno de los mejores partidos de su carrera. Sergio Rodríguez levantó a un muerto, su equipo, para comandar una remontada que ya es historia de la Euroliga, por el triunfo en el quinto partido tras un 0-2. El Chacho acabó con 26 de valoración, 19 puntos y canastas de todos los colores. Inolvidable.

La sorpresa de Mateo ante las bajas de Deck y Yabusele. Cumplió en un partido muy comprometido. Es un jugador muy útil para el baloncesto moderno por su facilidad para defender a grandes y bajitos. Muy físico.

Se cargó de faltas pronto. En siete minutos. Es algo que no se puede permitir, su gran tara. Es el rey de las faltas absurdas. Aún así, Walter se las apañó para ser importante pese a estar poco en cancha. Acabó con 12 puntos y siete rebotes.

El héroe de la mejor época del Madrid volvió a serlo cuando Sergio Rodríguez había encendido la mecha de la temporada. Ocho puntos consecutivos que terminaron de sepultar al Partizan. Por unos minutos fue otra vez El Increíble.

Sin estar en la remontada porque Mateo no cambió un quinteto que le funcionaba con Chacho, Llull, Rudy, Hezonja y Tavares, Musa aportó 20 puntos y sin ellos, el equipo blanco no habría estado en condiciones de remontar. Su mejor partido en la serie en el momento justo.

Era muy difícil sustituir a Pablo Laso, pero Chus, por lo menos, ya ha cumplido en la Euroliga con el pase a la Final Four. Lo ha hecho llevando a su equipo a una remontada histórica. Ha conseguido sacar el carácter de su equipo en el momento más peliagudo de un año complicado. Notable alto.