Sergio Rodríguez dejó grandes recuerdos en todos los equipos por los que pasó. Por el mágico juego que desplegó en la pista, pero también por una personalidad que conquistaba a todos fuera de las canchas. En el Olimpia Milán pasó tres temporadas (2019-22) que marcaron a los responsables de la entidad y a los aficionados.
Por eso, este jueves, aprovechando la visita del Real Madrid al Unipol Forum, entrará en el Hall of Fame del club italiano. En el descanso del encuentro, el base, que dejó el baloncesto el pasado verano, se convertirá en el 44º jugador que forma parte del Salón de la Fama del Milán.
El Chacho coincidió en el equipo con Ettore Messina, al que ya había tenido como entrenador en el Real Madrid tras su primer regreso de la NBA. La relación, con más madurez y más conocimiento mutuo, fue magnífica. El técnico italiano, que aún permanece en el banquillo sólo tuvo palabras de elogio para su jugador: "Nos genera ilusión, la posibilidad de soñar, de pensar a lo grande". Al marcharse, el veterano entrenador aseguró que el paso del español había supuesto "un antes y un después en el club".
El base ganó una Liga italiana (2022), dos Copas (2021 y 2022), una Supercopa (2020) y ayudó al equipo a meterse en la Final Four de la Euroliga en 2021. Fue tal su peso en el vestuario que, viendo su capacidad de liderazgo, en la temporada siguiente fue uno de los capitanes.
Ahora, una vez colgadas las botas, Sergio recibe un nuevo reconocimiento de uno de los clubes por los que pasó. En todos dejó huella.
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