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La eliminatoria entre el Panathinaikos y el Anadolu Efes está que arde en la pista con el 1-1 después del triunfo turco en el OAKA en el segundo partido. Pero aún más caliente está fuera. A las durísimas críticas del presidente del equipo ateniense hacia los árbitros se han sumado las deplorables acciones de los aficionados locales, sospechosos habituales en lo que a incidentes se refiere.
La mujer de Derek Willis, jugador del Efes, denunció que un hincha del Panathinaikos había arrojado cerveza sobre su hijo de nueve meses. "Tirarles cerveza a los bebés porque pierdes un partido es un comportamiento salvaje", escribió en las redes sociales. El suceso fue confirmado por la mujer de Mathias Lessort, pívot del Panathinaikos que se recupera de una grave lesión. "Está bien estar enojado porque el equipo perdió, pero no culpen a las mujeres con hijos. Nunca había visto eso", escribió.
También Luca Banchi, entrenador del Efes, fue centro de la ira de los aficionados atenienses. Después del partido, cuando iba camino del túnel de vestuarios, recibió varios salibazos en su traje. "Es uno de esos incidentes que ocurren cuando vas al zoológico", dijo antes de responsabilizar a Ergin Ataman de haber caldeado el ambiente. "Tengo que atribuirles ese mérito a otros", aludió.
El técnico del Panathinaikos cuestionó la decisión de Banchi de irse a entrenar al Estadio de la Paz y la Amistad, donde juega el Olympiacos, en lugar de hacerlo en el OAKA. Esa mudanza podía deberse al hecho de evitar espionajes por parte del club ateniense. "No quiero hacer comentarios ni involucrarme en estos juegos mentales. No tengo nada que decir sobre conspiraciones ni espionaje. Si quieres hablar de baloncesto, vale. Si se trata de espionaje, no es mi área", aseguró el entrenador del Efes.
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