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Uno de los mejores partidos posibles en la Conferencia Este de la NBA tuvo un desenlace para la historia. Por la concatenación de momentos increíbles, formados por una canasta ganadora de uno de los mejores jugadores del mundo, la respuesta de "un igual" y el drama propio de un final de partido entre dos súper equipos. Los Boston Celtics sobrevivieron (107-110) en la cancha de los Philadelphia 76ers tras una de las maravillas de la temporada y amplían el mando empezando con pleno después del parón del All-Star Weekend.
Boston y Philadelphia llegaron empatados a final de partido. Jayson Tatum, que vive una semana mágica después de 'destrozar' el récord de puntos del partido de las estrellas, asumió la responsabilidad del tiro final de partido. Con nota, pues tras recibir de Smart en carrera se inventó un gran triple que convirtió. Jugador con estrella.
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Los Sixers tuvieron el tiro final con 1,3 segundos en el reloj y ningún tiempo muerto. Todo un imposible, que Joel Embiid quiso cambiar. Recibió en su propio campo y lanzó a canasta anotando. La 'ciudad del amor fraterno' estalló con una de las locuras del curso... que no valió. Había entrado, sí. Pero claramente fuera de tiempo perdiendo el partido.
Embiid, ni corto ni perezoso, resumió lo vivido con naturalidad. "Por desgracia, es la historia de mi vida", confesó en sala de prensa. No se le dan bien los Celtics (10 victorias y 20 derrotas en su carrera) y sabía desde que lanzó el tiro que no valía al intuirse claramente como nada más anotar se marcha a vestuarios negando con la cabeza. Hizo 41 puntos y 12 rebotes en otro grandísimo partido... sin premio.
Los Celtics resistieron. En un choque con final apoteósico que evidencia que pueden ganar en casi cualquier contexto. Firman 44 victorias y 17 derrotas en la temporada regular, y siguen poniendo paso firme a la primera posición en la temporada regular. En Philadelphia, consagración icónica.
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