Santi Aldama ya es una pieza fundamental en los Grizzlies. Se ha ganado la confianza de un Taylor Jenkins que ve en el canario un comodín, un jugador versátil, capaz de jugar con grandes y pequeños, y que se ha convertido en la gran noticia en un equipo que, mermado por las bajas o no, está siendo la gran decepción esta temporada.
El internacional español ha firmado más de 10 puntos en seis de los últimos siete encuentros, incluyendo actuaciones con 28 ante Boston y 24 frente a los Lakers. Se crece en los grandes escenarios, abraza la presión y enamora al público de Tennessee, que ya le ha apodado como Slim Spain (delgado de España). La última buena actuación, los 11 puntos ante Utah.
La ausencia de Ja Morant durante los primeros 25 partidos de la temporada por comportamientos inapropiados fuera de la pista (ya ha cumplido 17), y la lesión a largo plazo de un Steven Adams que se perderá toda la campaña imposibilitan las opciones de Memphis para competir.
Un paso adelante necesario
La tercera temporada en la NBA suele ser clave. El año en el que los jugadores pueden definir su rol o lo que pueden llegar a ser. Para Aldama, ya adaptado al ritmo exigente de competición, ha llegado en el mejor momento. Capaz de jugar con interiores como Jaren Jackson o de compartir pista con Biyombo, el canario se caracteriza por su versatilidad e inteligencia.
Cada vez más cómodo, se atreve desde fuera, tras bote, poniendo y recibiendo bloqueos y, sobre todo, sin balón, una de sus especialidades. Su inteligencia le permite adelantarse a la defensa y recibir siempre en una buena posición. En cuanto a sus promedios, los 14,6 puntos, 5,9 rebotes y el cada vez mejor 33.3% desde el triple indican que está viviendo su mejor momento en la NBA.
Atrás queda ya su rol residual, los 21,8 minutos por encuentro (ahora más de 26), y los 9 puntos por partido. Siempre se ha caracterizado por hacer números con facilidad en poco tiempo en pista, pero su importancia ahora parece mayúscula para Taylor Jenkins.
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