Una larga lista de renegados 2j115f
lunes, 16 noviembre 2015, 16:49
Toshack, autor de aquella clebre frase de " jugarn los once cabrones de siempre...", tambin tena palabras para los otros catorce que se quedaban sin jugar o ni siquiera entraban en la lista. "Ese grupo" -deca John- "lgicamente no est nunca de parte del entrenador. Pero lo peor no es tener a catorce jugadores cabreados. Eso es normal. Lo peor es tener a catorce esposas cabreadas o a catorce novias o a catorce padres y madres. Todo eso multiplcalo por los amigos de los catorce jugadores y vers que un entrenador siempre tiene ms gente en contra que a favor". El gals, como siempre, un libro abierto.
Rafa Bentez pasa por el mismo trance que el resto de entrenadores. Los que juegan poco no estn contentos -hasta Cheryshev le tir un viaje- pero tiene un problema aadido: los que juegan mucho tampoco lo estn.
Su nmina de renegados incluye estrellas rutilantes, campeones del mundo, figuras emergentes y veteranos resabiados. Es difcil completar un grupo ms variopinto de cabreados. Al lado de estos, los catorce de Toshack son un rebao de corderitos.
A Bentez se le ha rebotado Cristiano, capaz de besarse con el entrenador rival despus de recibir un bao en el Bernabu. Ramos, a quien ya ha tenido que llamar para pedir disculpas por ensaarse con l en el penalti del Caldern y con quien discrepa en todo: desde el tema mdico hasta la lectura final de los partidos.
Otro de los damnificados de Bentez es James, que le dedic un gol de Colombia, a miles de kilmetros y con un ocano por medio. El nico que no ha escenificado su disgusto es Kroos. Probablemente, porque no sabe verbalizar en nuestro idioma el desconcierto que le provoca jugar fuera de sitio.
Definitivamente, Bentez tiene el gallinero alborotado. Es demasiado pronto y con una sola derrota en su debe. Hasta Mourinho, un pirmano de proporciones sidelares, tardaba tres aos en incendiar el vestuario.
EMPECINADO? Del Bosque es un hombre cabal y de mente abierta pero en el caso de Diego Costa es difcil discernir cuando empieza el convencimiento y cuando se pasa al empecinamiento. Del Bosque lo llev a Brasil convencido, como lo estbamos muchos, pero ahora parece que lo convoca empecinado.
Diego Costa no est ofreciendo ni una sola razn deportiva para ser llamado por el seleccionador. Su rendimiento en el Chelsea alcanza slo un nivel medio-bajo, las lesiones y sanciones le impiden alcanzar una buena velocidad de crucero y gasta una fama de pendenciero que, en s misma, es motivo suficiente para dejarlo en Londres, enfriando la sangre.
A Espaa, hoy, no le hace falta Diego Costa. Casi no le hace falta ningn '9'. Uno, como mucho, para tener algn recurso. Los delanteros centro de La Roja han tenido oportunidades ms que de sobra. Volvamos al falso '9'.