Cambiar a CR7: alguien tena que hacerlo 1c10d
lunes, 26 septiembre 2016, 09:59
Una de las virtudes de Zidane es que vive de espaldas al palco. Lo que significa que vive de cara a la plantilla. No tiene que hacer la pelota a nadie por un plato de lentejas. Es Zidane, el de la volea de Glasgow. El de la Undcima. Y eso le otorga una autoridad moral y futbolstica para ejecutar cambios como el de Cristiano en Las Palmas. Alguien tena que hacerlo. Y ya puestos, el luso debera agradecer que quien asume la decisin es una leyenda y no cualquier piernas.
El cambio de Cristiano Ronaldo estuvo muy bien hecho. Lo peda a gritos. Como pide a gritos empezar algn partido en el banquillo. Pero ah Zidane ha estado ms comedido y ha otorgado a la BBC un estatus de titularidad vitalicia porque tiene que medir muy bien sus pasos. Hay que ser justo con los que juegan poco pero tambin con los que, tarde o temprano, te van a sacar las castaas del fuego. Y la BBC pertenece a la estirpe de los que acaban solucionando la papeleta porque son buenos. Muy buenos.
Los pucheros
Cristiano se fue haciendo pucheros porque es incapaz de asumir algo que sucede cada da en un campo de ftbol: al que no juega bien, lo cambian. Que le haya llegado el turno no significa que se acerque su final, ni que est acabado, ni que haya perdido vigencia, ni que vaya a suceder con frecuencia. Significa, simplemente, que hay partidos en los que no juega bien. Slo eso. No se va de nadie, se ofusca, no est acertado, no trabaja en defensa y acaba siendo nocivo para el equipo, que termina jugando en inferioridad. Le ha ocurrido otras veces, pero no ha habido tcnico capaz de sacarlo del campo basndose en la teora -muchas veces cierta- de que Cristiano siempre aparece. Zidane es de la teora de que si Cristiano no aparece, lo har otro.
Eso y que en el ftbol actual hay que ir terminando con las vacas sagradas porque no hay futbolista que aguante sesenta y tantos partidos al mismo nivel y, adems, burlando el riesgo de lesin. Aquellas exhibiciones de Cristiano batiendo rcords y jugando hasta los minutos de la basura estaban muy bien a mayor gloria personal pero no tienen sentido en la realidad actual. Tendr que acostumbrarse, dejar de poner cara de goma y tirar rollos de esparadrapo en el banquillo. Eso o volver a la plenitud. Porque estar... no est.
Al lmite
Quedarse a seis segundos del rcord del mundo de maratn no debera eclipsar la obra de arte de Bekele en Berln. Porque su duelo con Kipsang fue eso, una obra de arte. Dos organismos al lmite, corriendo por puro instinto hacia la puerta de Brandeburgo, sin obedecer a las matemticas que les conducan hacia el rcord, sin esperar ayudas de las liebres, desfondadas ante un recital de ataques. Quiz la falta de regularidad, de progresin y de clculo nos impidi ver cmo caa otra barrera sobrehumana. Pero Bekele y Kipsang cambiaron la hoja de excel por la pasin. Por un da, el cronmetro fue lo de menos.