Haciendo vida de abuelo 144236
miércoles, 16 diciembre 2009, 10:12
Hola a todos. Empiezo la temporada del blog tranquilo y en casa. Demasiado tranquilo y demasiado en casa.
Desde que me operé la espalda hago vida de abuelo: dando paseítos, incluso alrededor de la cancha cuando mis compañeros entrenan. Voy a hablar con los médicos para ver si puedo hacer algo más, porque no es fácil.
Pero necesitaba operarme. Llevaba tanto tiempo con dolor en la espalda que ahora que no me duele estoy hasta raro. Es sorprendente cómo se acostumbra el cuerpo al dolor y lo que notas cuando dejas de tenerlo. Es posible que todo me venga de aquella falta de Trevor Ariza, porque antes había tenido problemas en la espalda, pero nunca en el lado de ahora.
El día que me dio el 'ataque' definitivo fue digno de ser contado. Estaba entrenando, con dolor como siempre, y en un bloqueo me llevé un golpe en el que noté que se me movía algo. Me costaba caminar, pero fui a una charla que teníamos. Cuando me fui a levantar, no me podía poner erguido. Era el Jorobado de Notre Dame, en serio. Todos me preguntaba que qué me pasaba, y casi ni podía responderles. Luego, fui al partido y le dije al médico que no podía jugar. Me hicieron una resonancia y ya vieron que me tenía que operar.
Mucha gente me pregunta por qué forcé tanto, por qué entrené tanto tiempo con dolor. Bueno, la lesión me llegaba en un momento duro: no jugaba los minutos del año anterior y quería demostrar que podía hacerlo. Era una situación extraña, porque no me esperaba bajar tanto el tiempo en cancha y para un jugador siempre es difícil jugar unos días muchos minutos y al día siguiente casi nada. Pero supongo que mi cuerpo ha dicho 'basta'. Dentro de lo malo, mejor es ahora que a final de temporada o con la selección española.
Una lesión se lleva peor aquí, tan lejos de España. La otra grave que tuve, mi segundo año en la ACB con la Penya, estaba en casa, con la familia y los amigos, y así todo se hace mucho más llevadero. Aquí es más complicado, aunque ahora está en Portland mi madre y mi padre viene para navidades. Ahora mismo, mientras escribo, me está haciendo un puré. Hay que tener vitaminas...
Ahora que Sergio no está aquí (y vaya si lo echo de menos, dentro y fuera de la pista) hago casi todo con LaMarcus Aldridge. Antes éramos los tres, ahora quedamos dos. En los viajes salimos a comer y a cenar... y estoy deseando poder ir a alguna parte, con él o con quien sea, para dejar de hacer esta vida de abuelo.