Cuando el rival renuncia a serlo 6v2h3i
lunes, 6 marzo 2017, 09:44
Era digno de verse, ese Valencia empeado en que su rival hiciera ms goles, habilitando a los delanteros rojiblancos con cesiones absurdas hacia atrs. Tres veces tres dejaron solos a los muchachos, y adems se repartieron las asistencias para que no hubiera dudas respecto a que se trataba de una decisin colectiva: Enzo Prez primero, Bakkali despus, Cancelo ms tarde an. El Atltico no quera favores que luego haya que pagar y desperdici una tras otra, dos veces Gameiro, una Griezmann, pero s aprovech algunas de las que se construy solito, dos veces Griezmann, una Gameiro, para golear a un equipo pusilnime en cuanto a la actitud, infame en cuanto al juego.
A Torres all en el palco se lo deban llevar los demonios contemplando el saco de regalos con que se haba presentado el Valencia para despedir al Caldern y sabiendo que esta vez ninguno iba a ser para l. El mejor presente que poda y puede llevarse, en todo caso, es el que viene acumulando desde que el jueves por la noche nos helara el corazn: un cario casi unnime. Porque eso no se compra ni se vende: eso se gana. Ah estaba Fernando, apenas tres das despus, y su presencia es el mejor de los triunfos... pero no el nico.
Porque la Liga de sentimentalismo anda justa y a la que te descuidas te la lan, de manera que el equipo de Simeone apareci ayer en casa desplazado momentneamente de una posicin, la cuarta, a la que, a la fuerza ahorcan, cada vez se mira con mejores ojos. Con absoluta necesidad de ganar, por escribirlo de otra manera, pero ignorante de que, quizs consciente de tal situacin, el rival iba a poner tanto empeo o ms en perder. Fue el Valencia justo lo que necesitaba el Atltico, que se dio una tarde plcida cuando pensaba que ms apuros iba a pasar, porque ni siquiera por lo fsico entendi la escuadra de Voro un partido que afrontaba con 48 horas ms de descanso y en el que hubo masaje donde se esperaba presin.
El arranque local fue notable, quizs porque se pretenda llegar hasta donde llegaran las fuerzas con el litigio medio solucionado. Con Carrasco a la derecha para demostrar por ensima vez que con este patrn no manda marinero, y con Koke a la izquierda si es que damos por bueno que, aunque no lo pareciera, el tipo que llevaba ayer el 6 era el mismo que tres das antes en La Corua. El primer aviso lo dej Filipe desde lejos, anda cogiendo aficin el brasileo, pero fue precisamente Resurreccin el que aprovech una recuperacin de Gabi -recuperacin y Gabi viene a ser redundancia- para ofrecer a Griezmann el violento zurdazo del 1-0.
La idea rojiblanca a partir de esa ventaja pasaba por que el Valencia ganara terreno para a partir de ah robar y salir con vrtigo, pero es que el Valencia mostr nula preocupacin por ganar terreno, papando moscas como andaban los muchachos. Apenas Soler y Zaza adelante y Mangala atrs mostraban un pice de inters, pero el resto era un pramo. Un cabezazo del italiano tras falta botada por Parejo fue lo nico parecido a una ocasin, y conviene resaltar que Parejo bot la falta porque con el baln parado tal accin apenas requera esfuerzo. Para lo dems no estuvo ni se le esper. Al descanso en todo caso el desnivel era mnimo, as que entre los de la rojiblanca haba an quien sospechaba.
Sospecha infundada, como se comprob enseguida. Fue cuestin de que el Atltico pisara otra vez el acelerador justo despus del refrigerio. Mangala desvi hacia afuera la primera de Carrasco, Mangala desvi hacia adentro la segunda de Gameiro. El ariete local andaba con uno de esos das en los que se le puede pedir de todo menos gol, as que no le vino nada mal la ayuda. An tuvo Griezmann un mano a mano para el tercero, muy bien resuelto por Alves, y an hubo siquiera una noticia de Munir, con un disparo avieso desde mediocampo, antes de que comenzara por fin el relatado festival de cesiones absurdas.
Voro haba incluido a Mina y Bakkali por guardar las apariencias, pero tanto le dio y ni siquiera consider necesario agotar despus los cambios. Simeone mientras tir de Gaitn y Thomas para refrescar su mediocampo... y una accin del ghans simboliz como ninguna la cochambre valencianista: al muchacho se le fue largo un control y resulta que, ante la inolvidable dimisin visitante, ese toque dej a Grizi solo, absolutamente solo, miserablemente solo, para el tercero y definitivo. Un buen rato despus, y puesto a perderlo todo, el Valencia perdi el AVE.