Jugar de espaldas y vivir de frente 6l653g
domingo, 2 abril 2017, 10:02
Fernando Torres recibi en la frontal y de espaldas una pelota que supo aguantar para que el que se la haba prestado, Koke, fuera tambin el que se la terminara llevando, tras correr la diagonal, con la firme determinacin de hacer de frente el gol del Atltico. El primer gol, se entiende. Te la doy, la aguantas, me la llevo. Parece simple, pero no lo es. Mientras la tuvo, El Nio supo fijar a dos de los tres centrales con los que se manejaba el Mlaga, Luis Hernndez y Ricca para el caso, que anduvieron pusilnimes, quizs ante la sospecha de que podan cometer infraccin, y que para cuando quisieron detener por fin el movimiento del 9 rojiblanco apenas lograron dejar la pelota muerta para el 6. Jugar de espaldas, pero el Atltico vive de frente.
Un buen rato despus, Torres control otra pelota en el rea y vaya usted a saber si intent ganar metros para deshacerse de la zaga por velocidad o si efectivamente tuvo margen y ojos para comprobar la posicin de Filipe, pero el caso es que dej al lateral mano a mano con Kameni para que firmara con una picada que hara las delicias del propio asistente, ducho en la materia, otro gol del Atltico. El segundo gol, se entiende, abriendo definitivamente el abismo ante un Mlaga potable para casi todo, pero con precisamente lo de llevar la pelota a la jaula entre las excepciones. El Nio haba aparecido con cuentagotas, curiosa expresin sa, pero haba intervenido en las dos dianas: que levante la mano ahora el que echara de menos a Gameiro.
Porque conviene recordar que el Atltico se present en La Rosaleda tras dejar a buena parte del batalln en la enfermera, y que por eso mismo tiene muchsimo mrito el resultado que arranc con las viejas y entraables recetas: la de la firmeza atrs para dejar la portera a cero, la del oportunismo adelante para castigar cualquier error del rival. El que quiera ponerse exquisito que se ponga, pero 0-2 y a otra cosa, con cuatro centrales los ltimos minutos porque para chulo Simeone. A esas alturas Oblak prescinda de los saques de puerta, no es la primera vez que le pasa, convendra investigar las causas, pero al muchacho se le paga por parar y una vez ms se haba ganado el sueldo. Tampoco es que el Mlaga acosara de aquella manera, pero ganrselo se lo gan.
En realidad fue un partido de escasas ocasiones, porque casi todas las que tuvo la escuadra de Mchel llegaron despus del 0-2, con Sandro, Llorente, Santos o Rosales jugando al pimpampun con don Jan o echndola directamente fuera ante la amenazadora presencia de Savic, Lucas, Godn y Gimnez, uno detrs de otro y porque no haba ms. Con 0-0, salvo error u omisin, no hubo oportunidades locales. Con 0-1, salvo error u omisin, apenas se rescata un taconazo de Keko. El dominio era blanquiazul, la posesin era blanquiazul y las combinaciones eran blanquiazules, pero ni el dominio ni la posesin ni las combinaciones suben al marcador, al menos que se sepa. Suben los goles. El de Koke. El de Filipe. Porque el Atltico se acerc lo justo, pero, salvo con una que Griezmann ech fuera, lo cual por otra parte nos record que Griezmann estaba all, cuando se acerc no fue para saludar, no: fue para repartir mandobles.
Ms all de la lesin de Miguel Torres, que no alter el dibujo propuesto por Mchel, llmese 5-3-2, llmese 3-5-2, el primero que movi pieza fue Simeone, que antes de la hora y a pesar de la ventaja sac a Thomas para meter a Correa. Lo curioso del caso es que a uno y a otro les toc desempearse por la derecha cuando ni uno ni otro parecen llamados a ello, pero el que quiera elegir posicin (como el que quiera refugiarse en excusas) se ha equivocado definitivamente de equipo. El tcnico local termin tirando de Recio y de Santos, por si mejoraba el mediocampo, por si acertaba el ataque, pero tanto le dio: su Mlaga mostraba una franca decadencia que tambin pareca atender al escaso oxgeno que guardaban ya las reservas de Keko y Sandro. Luego, tras el 0-2, es cierto que el Atltico se refugi descaradamente, pero es que el calendario aprieta y no est la cosa para despliegues. Recuerden: jugar de espaldas, vivir de frente.