Ftbol, memoria y un final feliz 2n2050
jueves, 10 noviembre 2016, 10:36 3s43
"El ftbol no tiene memoria, pero t, presidente, y el Real Madrid s la tenis". Cristiano estuvo tan agradecido con su renovacin como fiel a s mismo: quiere ms.Con sus gafas de firmar sper contratos, como burlndose de los que anuncian su decadencia, el futbolista de los nmeros imposibles aclar que se trataba de su penltimo contrato: "Quiero jugar hasta los 41". Aquello son tan disparatado como si la tarde del 29 de agosto de 2009, al finalizar el Real Madrid-Deportivo, un periodista le hubiera preguntado por su felicidad tras anotar su primer tanto oficial de blanco y l hubiese respondido: "S, estoy contento, pero quiero promediar un gol por partido durante las prximas siete temporadas y media".
Aunque parezca mentira, marcar 372 goles en 360 partidos tiene su lado malo. Con semejante derroche la gente, "el ftbol", se malacostumbra y exige ese promedio de 1,03 goles siempre. Alguien debera explicarles que el delantero de su equipo no va a marcar ms de 50 goles cada temporada como viene haciendo los ltimos seis aos, pero no por eso est acabado. Y que el responsable de que durante ese tiempo el Madrid 'slo' haya ganado dos Champions, dos supercopas, dos copas, una liga y un mundialito no es l, que bastante ha hecho, sino el mejor Barcelona de siempre con Messi a la cabeza.
UN NUEVO CRISTIANO
Cristiano va camino de cumplir 32 aos y acabar este nuevo contrato con 36 aos y medio. Las causas de su bajn actual hay que buscarlas tanto en el esguince de ligamento en su rodilla que le tuvo parado dos meses como en la ansiedad que le produce ver amenazado un galardn, el Baln de Oro, que crea garantizado hasta que cambiaron el sistema de voto. Pero ms all de una racha puntual, es evidente que ha perdido velocidad y regate, algo lgico. l sabe que ya no puede vivir de esos esprints largos de treinta metros y necesita modificar su posicin, reconvirtindose de extremo y mediapunta a delantero centro, el '9' clsico.
Es imposible predecir la longevidad deportiva del luso. Lo que s sabemos es que seguramente no haya un futbolista que haya vivido de manera tan obsesiva el cuidado de su puesta a punto fsica. Para destrozar los registros goleadores de leyendas del madridismo como Ral (323 goles en 16 temporadas), Di Stefano (308 en 11) o Hugo Snchez (208 en 7) no basta con ser la voracidad con botas. Adems de mostrarse "insaciable en la bsqueda de nuevos ttulos porque no te cansas de ganar", como le dijo Florentino Prez, es necesaria una autoexigencia y una disciplina descomunal.
GESTIONAR LA RETIRADA
Cristiano saba bien lo que deca con eso de que el ftbol no tiene memoria. Cada da resulta ms complicado gestionar la retirada de los mitos en los grandes clubes. La tremenda exigencia de la lite apenas permite huecos a la nostalgia y aunque los directivos mantienen la esperanza de que el jugador histrico sepa dar un paso al lado, el futbolista es el ltimo en notarse la decadencia. En ese escenario los finales feos son difciles de evitar. Pas con Ral en la temporada 2009/10, cuando se negaba a ver la realidad de que estaba cortando la progresin de un emergente Higuan o del recin llegado Benzema.
No es el nico caso. Algo parecido ocurri con el gran Alfredo Di Stefano, que sali del Madrid de mala manera en 1964, despus de dos temporadas escuchando que ralentizaba el juego, enfrentado con Santiago Bernabu e incapaz de ver que a sus 38 aos ya no renda para el mximo nivel. Ese ego maysculo que alimenta a genios como Di Stefano durante su carrera es el mismo que luego les incapacita para asumir un rol secundario. Pasa en el Madrid y en el Barcelona, como hace dos temporadas con Xavi.
Tambin hay excepciones, aunque son las menos. Como Zidane, que en 2006 dej el Madrid y el ftbol a los 34 renunciando a un ao de su millonario contrato porque no se vea bien. Aquello engrandeci an ms su leyenda.