Cinco de cinco. Sin piedad y sin oposición. Mathieu Van der Poel sigue regalándose triunfos en Navidad y ha sumado una nueva victoria en el Superprestigio de Diegem. Triunfal por la arena, el neerlandés manejó la carrera a su antojo para sentenciar cuando quiso. No estaba Van Aert, pero sí Pidcock, pero es indiferente. El dominio del campeón del Mundo no tiene respuesta.
Y eso que Pidcock e Iserbyt salieron respondones. Van der Poel tiene dos días de competición por delante (mañana el Exact Cross de Loenhout y el sábado la Copa del Mundo de Hulst) y a pesar de que se puso primero antes de un paso por arena en la primera vuelta, el campeón del mundo aguardó su momento con el belga y el británico tensando delante, pero seleccionar el grupo de cabeza. La bruta bestia sólo acechaba.
Como en su última ocasión en Diegem, a Pidcock se le atragantó uno de los pasos por la arena en la tercera vuelta. Quedó cortado y pudo reengacharse, pero Mathieu tomó nota. Vanthourenhout, Huybs e Iserbyt resistían delante intentando incomodar a Van der Poel, hasta la vuelta siguiente.
En el cuarto paso por la arena llegó el enésimo órdago del corredor del Alpecin. Demarraje marca de casa y ventaja conseguida. 15 minutos de esfuerzo y cuarto triunfo de la temporada cerrado.
Quedaba por ver quién era segundo. En el último paso por la arena, Iserbyt intentó soltar a Pidcock, pero el británico le había cogido la medida. En la entrada a las escaleras se la jugó el de Ineos que logró entrar por delante del belga para ser segundo. El primero de los mortales.
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