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La increíble historia del aficionado que se coló en el pelotón de la Omloop: "Me dejaron seguir"

La prueba abre este sábado el calendario de las clásicas belgas

El espontáneo Spitaels, en acción, subiendo el Kapelmuur
El espontáneo Spitaels, en acción, subiendo el KapelmuurPeter Malaise
Actualizado

Este sábado arranca el calendario de clásicas en el ciclismo europeo. Con la puesta de largo de la Omloop Het Nieuwsbl, el pelotón inaugura un tramo de carreras espectaculares con los famosos muros y adoquines de Bélgica que servirán como aperitivo a los monumentos de la primavera. El Tour de Flandes o la París-Roubaix esperan a los mejores.

En la Omloop Het Nieuwsblad de 2024 se vivió un momento insólito que dejó atónitos a los aficionados que presenciaban la carrera desde el icónico Kapelmuur, uno de los escenarios con más solera en las clásicas. Entre los mejores ciclistas del mundo que ascendían esta legendaria subida, un corredor desconocido con un maillot blanco se coló en el pelotón. Ese ciclista era Jaro Spitaels, un joven belga de 20 años que, sin darse cuenta, terminó rodando junto a las estrellas del ciclismo profesional. Por increíble que parezca pedaleó en solitario entre el grupo de cabeza y los perseguidores a lo largo del Kapelmuur, una terrible cuesta de sólo 475 metros de longitud pero con una pendiente máxima del 19% y que culmina en la capilla tantas veces fotografiada entre los fieles del ciclismo.

No sabía que estaba dentro de la carrera, yo pregunté y un oficial me dejó seguir

Jaro Spitaels, ciclista aficionado

El propio Spitaels explicó cómo ocurrió este inesperado incidente en declaraciones a Het Nieuwsblad, el periódico que da nombre a la carrera en su condición de organizador. "Ignoraba por completo que estaba dentro de la carrera", confesó. Su intención inicial era ascender el Muur antes de que llegaran los profesionales, pero un retraso en su salida lo dejó en una situación comprometida. "Salí demasiado tarde, así que sabía que iba a estar cerca. Pero cuando entré en el recorrido a la altura del hospital de Geraardsbergen, le pregunté al oficial si podía seguir pedaleando. Me dijo que era posible".

Cuando vi los coches de apoyo en la cima pensé: 'mierda, por aquí ya han pasado los corredores

Sin darse cuenta de la magnitud de la situación, Spitaels continuó pedaleando sin ver a ningún otro ciclista, motocicleta o coche de la organización que le indicara que estaba en una zona restringida. "Uno de los encargados de señalar la carrera también me dijo que podía continuar", explicó. Solo cuando alcanzó la cima y observó los coches de apoyo alineados en la carretera comprendió su error. "Entonces pensé: Mierda, ya deben haber pasado corredores por aquí".

A pesar de la confusión, Spitaels asegura que la experiencia fue inolvidable. "Fue fantástico subir el Muur con todos esos aficionados animando. Pero cuando pienso ahora que realmente estaba en la carrera... Es increíble. Aunque me alegro especialmente de que no pasara nada. No me puedo imaginar que hubiera perturbado el recorrido".

Al fondo, la capilla que da nombre al famoso muro
Al fondo, la capilla que da nombre al famoso muro

Su presencia no resultó demasiado sorprendente porque Spitaels es ciclista aficionado, tiene un físico delgado, como un corredor profesional, y llevaba una bicicleta de gama alta, similar a cualquiera de las máquinas del pelotón. Además, en el sillín, llevaba el dorsal 36. Spitaels había corrido una prueba amateur unos días antes y aseguró no haber retirado la placa con el número para tenerlo de recuerdo. Sólo le delataba el maillot que no pertenecía a ningún equipo.

La organización, indignada

Sin duda, una historia rocambolesca que provocó las iras de la organización pensando, sobre todo, en cualquier incidente que hubiera comprometido la seguridad de la carrera. Además, en la organización no estaban tan seguros de que todo se hubiera debido a una serie de confusiones en cadena para terminar con el espontáneo entre los profesionales. Más bien, fue provocado por la pericia e imprudencia de Spitaels que quiso colarse en la carrera.

Flanders Classics, entidad responsable del evento, estará bastante más atenta este sábado para que no se produzca un incidente similar. Máxime, cuando el mundo del ciclismo tendrá la vista puesta en la carrera que abre las clásicas y, sobre todo, en el Kapelmuur, escenario mítico que mancilló Spitaels con su temeraria acción.

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