En la 65ª edición de la Flecha Brabanzona los ciclistas enfrentaron un recorrido corto pero cargado de trampas en los 162,5 kilómetros que unieron Beersel con Overijse. La clásica belga no decepcionó: con 21 ascensiones en el menú, fue un festival de ataques, repechos adoquinados y el duelo Eveneoel-Van Aert.
Remco se impuso en el sprint
El esperado regreso de Remco Evenepoel (Soudal) tras su lesión invernal fue uno de los grandes atractivos del día, y el público lo acompañó con fervor a lo largo del trazado.
La carrera cruzó tres veces el Moskesstraat, ese muro brutal con adoquines que ya es una seña de identidad de la prueba. También se subieron cotas como la Hertstraat, Holstheide y el 'S-Bocht', la icónica curva en S que puso a prueba la técnica y la potencia justo antes de encarar los últimos 200 metros en ascenso hacia la meta de Overijse.
El circuito final, con tres vueltas a un bucle de 19,8 kilómetros, apretó las piernas y estiró el pelotón en cada giro. Una jornada clásica en territorio brabanzón: corta, nerviosa y llena de ritmo.
Remco tiró del carro en la escapada con Van Aert en los 45 kilómetros finales. Joseph Blackmore del Israel Premier Tech se unió, pero se descolgó a 15 km de meta. El corredor del Visma apostó por ir a rueda, pero en el kilómetro final, Evenepoel lanzó un ataque que no tuvo respuesta.
"Mi confianza empezó a crecer en las últimas semanas, tengo que agradecer a mi padre que me presionó en los entrenamientos", dijo a la prensa el ganador de la Flecha Brabanzona.
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