- AMSTEL GOLD RACE 2022. Resumen y clasificaciones
Lo que es la historia. Siempre vuelve. La Amstel Gold Race de 2021 dejó un final para el recuerdo -y tantas veces repetido- entre Wout Van Aert y Tom Pidcock. Allí, Ineos se lamentó profundamente porque una máquina no les dio la razón (si esto fuese fútbol...) No triunfó su hombre y ha tenido que ser un año después cuando la moneda caiga de su cara. Otra 'photo-finish', otro regalo para el aficionado en forma resolución. Y con uno de sus 'inevitables'. El que fuera campeón del mundo con un loco descenso en Ponferrada. El de la clase infinita. Michal Kwiatkowski, campeón de 'la carrera de la cerveza'.
No fue una resolución como sus mejores triunfos, en solitario. Ni siquiera como aquella Amstel que se llevó vestido con el arcoiris de campeón -al esprint-. Mano a mano, con el golpe de riñón como elemento diferencial. Para batir a Cosnefroy y ser el rey en el día de la 'sangre fría'. Algo en lo que 'Kwiato' siempre se ha sentido cómodo. Talento infinito, clase permanente y personalidad diferente. Ni siente ni padece, pero gana.
Sin 'fuegos artificiales'
No fue una Amstel Gold Race en la línea de las últimas carreras primaverales. Más calmada, quizá a la espera de un gran ataque de Van der Poel. Nunca llegaría. En fuga entraron Schelling, Liepis, Doull, Jacobsm Van Poucke y Rastelli. A ellos se unieron Van Hooydonck y Campenaerts. Nunca tuvieron una gran ventaja.
Más cuando a 60 de la meta arrancó la fiesta. Ya era el circuito, y allí Alpecin presentó credenciales. Ineos y Bahrain muy atentos, aunque algunas figuras como Haig sufrían después de sufrir una caída al engancharse. Por delante, lo probaban Wellens y Laporte -sospechosos habituales- sin ir muy lejos.
Entonces, Ineos decidió marcar 'paso cuartelero'. Algo que ha sido casi una tradición en el equipo desde aquellos tiempos gloriosos de Froome. Pero la Amstel no es la Pierre de Saint Martin. Reducían el grupo y controlaban. Su primer ataque de verdad corrió a cargo de Kwiatkowski con Pidcock. Benoot les alcanzó y lo probó. Allí Van der Poel no llegó con facilidad, pero supo ar metros después. La carrera estaba entre los mejores, con casi todos presentes. Entre los que no, Dumoulin, por ejemplo. Sigue cruzado.
El Cauberg siempre es el juez
En el último paso por el Cauberg, la carrera entraría en la zona decisiva con los que kilómetros atrás rompieron. Pero no en un ataque en sus rampas, sino en el llano que hay justo después. Kwiatkowski puso un paso importante, Cosnefroy siguió su rueda... Y el grupo de Van der Poel intentó correr con sangre fría. Quizá demasiada.
La explicación clara era que Van der Poel era el más fuerte y sus rivales tenían miedo. Kwiatkowski y Consefroy abrieron hueco. 10, 20, 30 segundos... Por detrás, solo arreones. Y en el último repecho, el Bemelerberg, nadie se atrevió a proponer de verdad. Descendiendo, el campeón en 2019 quiso imitar aquella tarde de gloria. Tardísimo, y Asgreen cerraba todo hueco posible.
Benoot era el que abría espacio. Por su cuenta, una guerra que solo podría perder. Porque nadie quería poner todo sobre la mesa sabiendo que en la meta tendrían todas sus opciones limitadas. La victoria era de Kwiatkowski o Cosnefroy, por mucho que se mirasen tras la 'flamme rouge'.
Un final de locura
Benoit Cosnefroy se lanzó primero. Impecable, sin poder encontrarse fallo alguno en su final. Parecía ganador, pero Kwiatkowski resucitó por enésima vez en su carrera deportiva. Centímetro a centímetro acercándose... Y golpe de riñón. Clásico gesto ciclista, que de vez en cuando gana carreras.
Aunque pareciese que no, porque los dos entraron a la par. AG2R dio como campeón a su compatriota y Cosnefroy levantó el puño cual boxeador. La televisión pasó la 'photo-finish'... Y se lo tenían que haber inventado, porque Kwiatkowski completó su remontada a tiempo. Justo. Pero suficiente.
La alegría iba al 'barrio' del Ineos. Su venganza de 2021, completada. El 'inevitable' Kwiatkowski, campeón de la 'carrera de la cerveza' tras unos meses en el ostracismo. Es, indudablemente, uno de los mejores ciclistas del mundo. A la par, uno de los más peculiares. Pero también un campeón. Al final, lo que cuenta. Y más después del increíble final.