Lo que era un secreto a voces se ha hecho oficial al final de la etapa 3 de la Vuelta a España y es que la organización ha confirmado que ante la situación sanitaria la competición no pisará Francia para la gran etapa de la primera semana en el Tourmalet. Como alternativa, la organización de Javier Guillén ha buscado en Huesca un final alternativo en la estación de esquí de Formigal a 1790 metros de altura y 3040 metros de desnivel acumulado.
Aunque se mantiene la salida en Biescas, el recorrido cambia por completo e incluye las subidas previas al Alto de Petralba (3ª categoría), Alto de Cotefablo (2ª categoría) antes de afrontar el puerto final en el que Alberto Contador destrozó la carrera en 2016, dejando a Chris Froome atrás y dejando sentenciada la general a favor de Nairo Quintana.
A su vez, el ciclismo se queda sin una de las jornadas claves del año para los aficionados en la que iba a coincidir el propio Tourmalet con la crono definitiva del Giro de Italia y la cancelada París-Roubaix.