Los sistemas ADAS de tu coche entrañan estos riesgos que nadie te había contado

Desde el pasado 7 de julio todos los coches nuevos que se venden en España cuentan al menos con 8 sistemas ADAS: el interfaz para poner un inhibidor de arranque en caso de que hayamos bebido, la caja negra que registra si el coche acelera o frena, el detector de tráfico al salir marcha atrás, la señal de frenado de emergencia, el detector de somnolencia, la alerta de cambio involuntario de carril, el asistente de velocidad inteligente y la frenada autónoma de emergencia.

Estudios determinantes

Todo ello está muy bien... en teoría, porque un análisis realizado por Carglass muestra que este arsenal está teniendo ya consecuencias que no son nada buenas. Para llegar a esta conclusión ha recopilado una serie de estudios que dejan bien claro que no aprovechamos esta evolución en nuestros coches si no evolucionamos también como conductores.

Así, un estudio de la FIA ha desvelado que solo el 25% de los conductores se lee la información sobre los ADAS que aparece en el manual de de su coche. A ello se añade que solo un 20% de los compradores dicen haber recibido alguna información por parte del vendedor, por lo que en la mayoría de los casos el aprendizaje se produce mediante prueba y error. Y esto deriva en que más del 70% de los conductores o bien no los entienden, o bien sobrestiman su conocimiento sobre estos sistemas.

La ignorancia

Por entrar en casos concretos, un estudio del Massachusetts Department of Transportation ha destapado que el 27% de los conductores encuestados ignoraba que el aviso de salida de carril no funciona si el intermitente está conectado. O que el 79% ignoraba que el asistente de ángulo muerto no detecta los vehículos que vienen a alta velocidad. En esta línea, un análisis del GAO reflejaba que casi un tercio de los encuestados no sabe que el asistente de mantenimiento de carril funciona mal cuando las marcas del carril están descoloridas o directamente no existen.

Pero otro riesgo de estos sistemas vienen de la sensación de confianza que provocan en el conductor, haciendo que este se desentienda más de la carretera y se entregue más a otras actividades, como comer, utilizar el teléfono o mirar el entorno. Así, el mismo estudio del Massachusetts Department of Transportation ha desvelado que el 30% de los dueños con coches que equipan detector de ángulo muerto cambian a veces de carril sin echar un vistazo para comprobar que no viene nadie. Y que el 25% de los que tienen el asistente de tráfico cruzado trasero en su coche algunas veces daban marcha atrás sin mirar.

Para colmo, se está detectando que estos problemas van a más, ya que cuanto más sofisticados son los sistemas más crece la confianza del conductor con el tiempo.

Los ancianos

Otro problema añadido es el de no sentirse a gusto con estos sistemas, que es algo que afecta sobre todo a los conductores de mayor edad. En muchos casos estos conductores o no los emplean o directamente los desactivan, y en este sentido el más rechazado por nuestros mayores es el control de velocidad adaptativo, que a muchos les parece demasiado intrusivo.

En cuanto a desconexión de alertas, las que más suelen desconectar estos conductores son las señales auditivas, que les molestan más que otras táctiles como las vibraciones del volante.

Y todavía hay un riesgo más, y es el del mantenimiento de los mismos después de que el coche haya sufrido algún daño. El 33% de los conductores desconoce que la frenada automática de emergencia utiliza sensores y/o cámaras que pueden estar inoperativos por la suciedad, el hielo o la nieve. Es decir, que en el caso de que tengamos que sustituir el parabrisas, como recuerdan desde Carglass, es necesario desmontar las cámaras del cristal roto para montarlas en el nuevo y recalibrarlas para que vuelvan a funcionar de forma correcta.