España es el segundo país de la Unión Europea con mayor volumen de motos y ciclomotores, con cerca de 6 millones de unidades que suponen el 15% de nuestro parque de vehículos. Sin embargo su siniestralidad es mayor de lo que le correspondería según este porcentaje, ya que acapara el 27% de las víctimas mortales. Un ejemplo de ello certifica su mayor peligrosidad: el fin de semana del 25 al 27 de abril las seis víctimas mortales de tráfico fueron motoristas, añadiéndose a una cifra que a 23 de mayo contabilizaba ya 96 conductores de estos vehículos fallecidos.
Hasta octubre
Por ello, la Dirección General de Tráfico ha iniciado una campaña de vigilancia de los motoristas. Pero en esta ocasión no va a consistir en un control que se intensifica durante una semana, sino en una vigilancia que se va a desarrollar de mayo a octubre y sobre todo durante los fines de semana, que es cuando aumentan los desplazamientos en moto y muchos emplean este vehículo como forma de ocio.
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Así, la DGT, por medio de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, ha comenzado ya a aumentar su presencia en las carreteras que a menudo son frecuentadas por este colectivo. El objetivo es vigilar los adelantamientos antirreglamentarios, la ausencia del casco, los excesos de velocidad, el consumo de alcohol y drogas y cualquier otra infracción que pueda suponer para ellos un factor de riesgo. Todo para que este colectivo no se vea tan castigado con unas cifras de muertes que tienden a repuntar en el periodo estival.
Perfil del motorista fallecido
El perfil típico del motorista fallecido es el de un varón de entre 25 y 64 años, con más de 10 años de permiso de conducir, que en un 80% de los casos tiene su accidente en una carretera convencional y acaba saliéndose de la vía sin que se vea implicado ningún otro vehículo. No obstante, se ha constatado que los fines de semana aumenta el número de colisiones de motoristas con otros vehículos.
