- Deportes Invierno. Apoteosis noruega y Pinheiro hace historia para Brasil al ser cuarto
La apertura de la Copa del Mundo 2024-25 en Sölden dejó la aparición entre los mejores de una bandera nunca vista antes entre los mejores, la de Brasil. Y es una apuesta segura que lo que fue una cuarta plaza en la Rettenbach serán posiciones de podio a lo largo de la temporada para Lucas Pinheiro Braathen. Su nombre, visto lo visto en Sölden, hay que colocarlo entre los candidatos este fin de semana en el Eslalon de Levi (Finlandia).
La de Brasil con la Copa del Mundo del esquí alpino era una relación lejana, sin apenas roce, anecdótica. Lo mejor que había logrado un brasileño fue el puesto 38 de Nikolai Hentsch en la Supercombinada de 2006 en Chamonix. Alto directivo hoy de Bankable en Londres, Hentsch nació en Ginebra y compitió en la Copa del Mundo, dos Juegos (2002 y 2006, en los últimos fue abanderado en la clausura) y los Mundiales de Are de 2007.
Pero lo de Pinheiro es otra historia. Porque en su palmarés ya tiene cinco victorias en la Copa del Mundo, una docena de podios y el globo de cristal de Eslalon de 2023. Todo eso lo alcanzó dentro del equipo noruego, pero la temporada pasada la dejó en blanco después de un enfrentamiento abierto con la Federación de su país natal (Oslo, 19-4-2000). La ruptura con Noruega fue radical. Pero el esquí era su vida, aunque de niño lo creyera. Por eso adelantó el apellido de su madre, brasileña, y se ofreció a una Federación que jamás pensó tener a un atleta de ese nivel.
Lejos de la frialdad noruega, Lucas siempre se ha sentido más cercano a la cultura sudamericana que a la nórdica. Recuerda que la primera vez que su padre, noruego, le llevó a esquiar se quedó horrorizado por el frío. "Me voy a poner malo", le dijo. A ese niño le gustaban las playas de Brasil, donde ya había estado varias veces. Pero creció en un país en el que los deportes de nieve son religión. Y aquel niño quiso ser uno de los mejores de lo que veía por la tele y por las calles. Y lo consiguió.
Su carrera se convirtió en una cadena de éxitos y en la explosión de una figura mediática en el mundo del esquí. Su pasión por la moda le sacó del circuito clásico de las equipaciones, así como su manera de vivir dentro y fuera de la competición. Lucas Braathen se convirtió en todo un personaje, sangre joven y multicultural en la Copa del Mundo. Tan iconoclasta como para romper con todo tras ganar el globo de cristal del Eslalon, pasarse un año en blanco y regresar para poner la bandera brasileña donde nadie hubiese imaginado.
El holandés Hirscher
Otra bandera poco habitual que apareció en zonas altas en Sölden fue la de los Países Bajos. La colocó allí uno de los más grandes de la historia: Marcel Hirscher. La leyenda austriaca (67 victorias en Copa del Mundo, 20 globos, de ellos ocho de la General, siete oros mundiales, dos olímpicos...) eligió el país de su madre para regresar cinco años después de anunciar su retirada. La pasada primavera comunicó a la Federación Austriaca su decisión, la de competir con un pañis en el que, evidentemente, tiene menos competencia.
En Sölden, a sus 35 años, Hirscher acabó en el puesto 23. Un neerlandés entraba de nuevo en los puntos, lo que no ocurría desde enero de 2022. Entonces, Adriana Jelnikova, ocupó el puesto 28 en el Gigante de Kranjska Gora. El apellido lo dice todo. Nacida en Brno (República Checa) creció en los Países Bajos y se hizo esquiadora de nivel en Austria. Entró en la Copa del Mundo) en 2012 con bandera holandesa y desde noviembre de 2022 (Gigante de Killington) defiende el pabellón checo.
El 'caso Girardelli'
Los casos de cambio de bandera se encuentran hoy (la italiana Lara Colturicorre por Albania, como antes hizo Suela Mëhilli, o la suiza de Zúrich Charlotte Lingg para Liechtenstein). Y de ayer.
Uno de esos casos fue de Marc Girardelli, cinco veces ganador del gran Globo, 46 victorias en la Copa del Mundo, 10 globos de especialidades, doble plata olímpica y cuatro veces campeón mundial.
Austriaco de nacimiento (Lustenau, 1963). En 1977 rompió con la Federación de Austria, que quería mantenerlo en la disciplina del grupo y no que se entrenase con su parte en las pistas de su región natal. Su decisión fue la de competir, y hacer historia, con Luxemburgo.
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