Albania es un país de montañas y de nieve. Pero sin peso alguno en el esquí alpino. Su huella apenas existe en la historia de los Mundiales. En los de 2013 (Schaldmming) apareció su bandera gracias a Erjon Tola. Suya es la mejor plaza albanesa: acabó el 29 en eslalon de Cortina d’Ampezzo 2021. Pero su historia puede cambiar en los que ahora arrancan el Saalbach. Porque un día, Lara Colturi (Turín, 15-11-2006) y su familia decidieron liarse la manta a la cabeza, saltarse los plazos normales y aceptar la oferta de Albania para competir con ellos.
Hija de Daniela Ceccarelli, oro olímpico en 2002, y de Alessandro Colturi, eminencia de los entrenadores italianos, Lara mira a estos Mundiales de 2025 con ojos de posible medallista. Sus dos segundos puestos en los eslalon de Kranjska Gora y Gurgl cargan de argumentos la apuesta de Lara y de Albania. Antes de ese reto habla con MARCA de su aventura.
PREGUNTA. ¿Vive en un sueño o ya es consciente de lo que logra?
RESPUESTA. Claro que es un sueño. Recibo halagos y me alegro, por supuesto, pero intento mantener los pies en el suelo y pensar en divertirme y dar lo mejor que puedo.
P. ¿Cómo fue verse en segundo lugar en Gurgl?
R. ¡Genial! Una alegría inmensa ver que lo que hacía en los entrenamientos encontraba premio en la Copa del Mundo. Después de la primera bajada iba cuarta y era la primera vez que estaba tan adelante, Entonces me dije: baja y diviértete, no tienes nada que perder.
En la segunda manga de Gürgl me dije: me dije: baja y diviértete, no tienes nada que perder
P. ¿Cómo es tener unos padres tan relacionados con la élite del esquí?
R. Bueno, es una ventaja, porque tienen una gran experiencia y me conocen mejor que nadie. Mamá ha sido atleta de élite y puede transmitir su experiencia.
P. ¿Quién es más duro, mamá o papá?
R. Depende, pero sé que me quieren mucho y que hacen mucho por mí.
P. ¿Es tan exigente lo que hizo su madre, la comparación constante?
R. Yo no diría eso. Cada uno tiene su camino. Estoy acostumbrada desde pequeña a que me digan que ella es una campeona olímpica. Es bonito y nunca ha sido un problema para mí.
No es un problema que me recuerden que mi madre es oro olímpico
P. ¿Puede contarnos su trayectoria desde que se puso los esquís por primera vez?
R. Era muy pequeña. Tendría un año y eran esquís de juguete. A veces me quedaba dormida sobre esos esquís. Siempre fue natural esquiar. Crecí en la montaña, en la nieve, con muchos amigos en el club de esquí familiar. Luego llegó primer año FIS, hace tres temporadas. Así pude seguir esquiando con mis padres, que siempre me han seguido y siguen conmigo.
P. ¿Quién fue su ídolo, su modelo a seguir?
R. Me gustaban mucho Lindsey Vonn y Mikaela Shiffrin. Pero me fijo en muchas más.
P. ¿Cuándo se dio cuenta de que podía llegar a la élite
R. Fue algo gradual. Las primeras carreras de la FIS en fueron bien [ganó las cinco primeras que corrió en Sudamérica en el verano de 2022]. Luego la Copa Sudamericana, la Copa del Mundo y aquí estoy.
P. ¿Qué encontró en Albania?
R. Una buena acogida, una buena bienvenida. Es bonito poder ser un ejemplo positivo e intentar despertar el interés por los deportes de invierno.
P. ¿Cómo afronta los Campeonatos del Mundo? ¿Se imagina con una medalla?
R. Por ahora no pienso en ello. Primero seguirán los entrenamientos y las competiciones según lleguen. Quiero seguir divirtiéndome y centrarme en el esquí, no en el resultado.
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Daniela fue contratada por la Federación albanesa, primero como ayudante y luego como directora técnica. Un caso excepcional en un mundo en el que ese puesto está reservado para los hombres.
La familia Colturi-Ceccarelli analizó cuál era el mejor camino para Lara, cuyo destino en la élite estaba trazado desde hacía tiempo. En el año de entrada en las competiciones de la FIS, decidieron elegir un camino que le permitiera a sus 15 años competir todas las semanas: Albania. El 19 de noviembre de 2022, en Levi, debutó en la Copa del Mundo. El 22 de noviembre de 2024, en Gurgl, consiguió que, por primera vez, la bandera albanesa apareciera en un podio.
“No es una cuestión de dinero”, aseguraba la mamma Daniela ante las voces en su país que señalaban a ese aspecto de la propuesta albanesa como la decisiva. Lara y sus padres entendieron que en el entorno del equipo italiano las etapas de su crecimiento iban a ser más lentas para el potencial que tenía ya. La extrema competencia podía frenar su desarrollo.
La elección de defender la bandera albanesa no impide que Lara Colturi, en el futuro, pueda decidir regresar a casa. Los cambios de nacionalidad son cada vez más comunes en la FIS. Pero, por ahora, su meta es construir la historia del esquí alpino albanés..
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