- Crónica. No se puede creer lo de Mestalla
- Uno a uno. Sin De Paul se derrumbó el Atlético
- Movistar. Simeone y Joao Félix, las quejas a Kondogbia y al árbitro
Asumía culpas un hundido Simeone tras los últimos, y surrealistas, minutos vividos sobre el césped de Mestalla. Minutos para echar por tierra un 1-3 que permitía un parón tranquilo. Minutos para demostrar que este Atlético, incluso cuando ha cuajado un buen partido, sufre una sangría defensiva más que preocupante. El cero de la portería ante el Betis se ha convertido en un islote sin continuidad.
Fueron siete minutos de descuento, en gran parte, además de los cambios, por el gol de Sime Vrsaljko, que supuso finalmente el 1-3, pero que generó dudas en la sala VOR y que tuvo el encuentro detenido unos momentos. El Atlético, antes de entrar en el añadido, ya daba malos síntomas.
El croata había marcado en el 63' y parecía cerrar el choque ante un Valencia herido que se había encontrado con un empate de carambola pero que enseguida se vio debajo en el marcador. Diez minutos después del 1-3, con un disparo de Wass al larguero de por medio, Simeone saca del campo a Ángel Correa y lo suple por Kondogbia. Un cambio para dar al aire al medio del campo y asegurar el resultado.
Dos acercamientos más de Guedes y Foulquier hacen ver la inestibilidad defensiva rojiblanca. A pesar de la ventaja doble, no hay tranquilidad. A la desesperada, y viendo que hay algún resquicio, Bordalás hace tres cambios en el 85'. Entre ellos salta Hugo Duro. Reacciona Simeone dos minutos después. Saca a Luis Suárez y Rodrigo de Paul, bastante castigado, y entran Joao Félix y Héctor Herrera.
El Atlético apenas salía de su campo. En el 92', Kondogbia sale a la carrera, no la pasa a tiempo y la acaba perdiendo. Es el origen del 2-3. Las cámaras de Movistar cazan a Simeone: "¿Qué haces Kondogbia?, ¿Qué haces?", repite varias veces.
El Valencia cree, quedan cinco minutos y el Atleti no duerme el partido, no sale de su campo. Es el 95'. Guedes, encerrado en el córner entre Griezmann y Vrsaljko, recibe una falta infantil del francés, que concede una ocasión a los de Bordalás para colgar el balón a la olla. El desenlace es conocido. Remate de Hugo Duro y 3-3. El partido acaba y algunos piensa que con suerte para un Atleti noqueado, que podría seguir recibiendo sin despertar del letargo.
Joao Félix se queja del descuento al árbitro: "Es siempre igual", dice mientras es grabado por las cámaras. Desesperados, los rojiblancos abandonan cabizbajos Mestalla con dos puntos menos de los que ya estaban en el bolsillo.
Las debilidades defensivas
Y es que los dos goles postreros de Hugo Duro de cabeza muestras las debilidades defensivas de quien, en su día, fue una roca. Un equipo al que costaba tumbar por la fortaleza del bloque y las apariciones mágicas de Oblak. Un equipo que ahora ve como cualquier rival, no hace falta ni que sea de la élite, le puede hacer un roto.
Sólo hay que ver las dos visitas a Valencia en apenas 10 días. El Levante, lejos del equipo de otras campañas, marcó dos goles para levantarle dos puntos a los rojiblancos. El Valencia, también en una versión que dista mucho de su época de gloria, elevó la cifra a tres dianas para limpiarle en el descuento otros dos puntos a los de Simeone. Cinco tantos en dos partidos para poner más de manifiesto que este Atlético está dejando de ser un gigante... por sus pies de barro.
El golpe llega, además, en el peor momento. Tras ofrecer la mejor cara ante el Betis se cayó con contundencia ante el Liverpool para meterse en un problema serio en Champions que amarga la existencia rojiblanca en la orejona. Peligran los octavos, peligra meterse entre los 16 mejores de Europa.
Para rematar la semana negra de Anfield llegó Mestalla y en unos minutos trágicos para los visitantes saltó todo por los aires. Del 1-3 a la igualada que deja al Atlético a cuatro puntos del Real Madrid, principal rival en la pelea por una Liga que los rojiblancos se están empeñando en poner en peligro con sus regalos y fragilidad defensiva.