120 años no se cumplen todos los días. 120 años de pasión en rojo y blanco que había que celebrar con el Mallorca como rival (sí, el de Aguirre) y con una elástica azul y blanca que rememoraba el origen de un Atlético que puso todo para que le fiesta luciera por todo lo alto.
Tras el susto del 0-1, el Atlético remontó y respiró tranquilo desde el minuto 80 pensando en la fiesta del 120 aniversario. Ese momento lo utilizó la grada para recordar a una leyenda del pasado ("Luis Aragonés, Luis Aragonés") como antes lo habían hecho con la otra, la del presente ("ole, ole, Cholo Simeone").
No había terminado el partido, no había empezado la fiesta, y desde el fondo mandaban un mensaje para resumir la historia: "120 años después Madrid sigue latiendo en rojiblanco", que resume el sentir de los miles de aficionados del Atlético que estuvieron de fiesta en el segundo acto... cuando Morata puso el 2-1.
"Quien no bote, madridista es"
Empezaba el acto de homenaje con la afición acordándose del eterno rival. Mientras, las leyendas del club saltaban al verde mientras el primer equipo aplaudía a los que habían hecho grande el escudo antes que ellos.
Y ahí empezaron a salir ante el aplauso de un estadio que seguía lleno los jugadores de otras épocas, de los que pusieron los cimientos... y los más recientes: Juanfran, Villa... y locura total con Gabi y Fernando Torres, dos de los futbolistas más importantes del actual siglo, donde lógicamente también tuvo hueco el Atlético Femenino (las jugadoras del pasado y las actuales).
Cecilio Alonso, Urdiales, Lorenzo Rico y varios compañeros de la época gloriosa del Atlético de balonmano, que en su día hubo mucho más que fútbol en una entidad que rindió homenaje a otras secciones que también dieron gloria.
Capitán y entrenador, aclamados
Faltaban, claro, los jugadores del primer equipo. Se cantó a todos, pero la locura llegó con Simeone y Koke, los dos más aclamados mientras El Mono Burgos bromeaba con El Cholo, que le devolviía el gesto y aplaudía la salida de su capitán.
Salieron también a la foto peñistas, los socios más antiguos y los dirigentes encabezados por un Enrique Cerezo que recibió algún pito, pero que fue clave en la organización del acto.
Sea como fuere, nada empañó una fiesta por todo lo alto. Empezó durante el partido y siguió honrando a la historia de un club legendario que ahora mismo está en la pelea por ser segundo en LaLiga, a dos puntos del Madrid.
