Dimo, el utillero leyenda del Atlético, cuelga las botas

Pese a que ya no la toca con la clase que hacía en Bulgaria en su juventud (sus piernas arqueadas dejan constancia de que ahí se esconde un exfutbolista), si hay una baja que será especialmente sensible para el Atlético durante este verano será la suya. Dimcho Lyubomirov Pilichev, el mítico Dimo, colgará las botas, a sus 65 primaveras, el próximo 1 de agosto con motivo de su prejubilación. Tras 11 años siendo partícipe de la mejor etapa de la historia del club, el querido utillero realiza su último servicio en Los Ángeles de San Rafael (ya no viajará a la gira), donde se estrenó con el primer equipo en el verano de 2012.

Siempre con una sonrisa en su gesto, presto para que a los futbolistas no les falta de nada y para que los ejercicios dispuestos por el cuerpo técnico puedan ser ejecutados sin demora, Dimo vive sus últimos días en el Atlético, donde dejará un vacío enorme tras su adiós convertido en leyenda.

Un recuerdo ganado a pulso, pues Dimo representa como pocos el coraje y corazón que representa al Atlético. No en vano, tras dejar el fútbol, sacar el título de entrenador y ejercer como tal en su Bulgaria natal, donde hace 40 años se graduó en la Academia Nacional del Deporte ("el único utillero en la historia que lo ha conseguido", bromea siempre), no dudaría en intentar labrarse un futuro mejor en España, donde aterrizaría sin papeles ni saber una sola palabra de español.

El Puerta Bonita, entonces en Tercera, sería su tabla de salvación, donde se ocuparía de cuidar el material tanto del equipo como de todo el fútbol base con una capacidad que no tardaría en llamar la atención del Atlético. Así que tras ser reclutado para la Academia, el adiós de otro mítico como Ciri le catapultaría al primer equipo, apenas unos meses después de que Simeone conquistara su primera Europa League. En los otros siete títulos del Cholismo, el toque de Dimo, aunque no le apuntaran los focos, sería fundamental.