- Atlético. Julián no pierde el toque... y vuelve a ser decisivo
- Atlético. Simeone: "Julián venía descompuesto, con fiebre... y jugó como vieron"
Fue uno de los nombres de la semana. Tras toda la polémica que rodeó al ya fatídico lanzamiento de penalti de Julián Alvarez en la tanda ante el Real Madrid, el argentino se quería sacar la espina de la eliminación europea con un triunfo ante el Barcelona. Para ello, el de Calchín no dudó en dar un paso al frente y hacer lo imposible para poder medirse a los azulgranas.
El Atlético había dado descanso a los suyos desde la mañana del viernes hasta la tarde del sábado para realizar el último entrenamiento antes de recibir al equipo de Flick. Precisamente fue el sábado por la mañana cuando el bueno de Julián comenzó a encontrarse mal. La fiebre hizo acto de presencia en el cuerpo del 19 rojiblanco en las horas previas al entrenamiento en el Metropolitano.
Julián venía descompuesto, con fiebre... y jugó como vieron
Una vez ya en la concentración, el virus que estaba haciendo mella en Julián le afectó directamente al estómago. Desde los servicios médicos del club hicieron todo lo posible por cortar la fiebre y disminuir el malestar del argentino hasta el punto que se llegó a dudar incluso de su presencia en el once. El único que no tenía dudas era el propio Juliá. Mientras su estado mejoraba a lo largo del día, el argentino mostró al cuerpo técnico su predisposición a jugar.
Conocedor de la dificultad del duelo y de la importancia de encarar bien el inicio del choque ante el Barcelona, se apostó por la presencia de Julián Alvarez en el once. Pieza indiscutible para Simeone, el 19 comenzó el partido algo apagado hasta que fue ganando presencia según avanzaba la primera mitad. Tras superar los primeros 15 minutos, la figura de Julián se agigantó hasta convertirse en el mejor futbolista de los 22 sobre el césped.
Su gol antes del descanso colocaba al Atlético en ventaja y con un escenario favorable para los de Cholo. Pese llegar a vestuarios ya con la energía bajo mínimos, desde el cuerpo técnico se apostó por mantener al argentino hasta el minuto 60 cuando su tanque de gasolina estaba prácticamente vacío. 60 minutos que demostraron una vez más que Simeone tiene una joya con Julián y que el delantero es una bendición para el Atlético. No salió bien el resultado final pero el argentino puso todo de su parte para lograrlo. Un compromiso que está siendo algo común en el vestuario rojiblanco.
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