Impresiona ver saltar al campo al Manchester City. Si no te despiertan suficiente iración sus jugadores, raro es el que no es uno de los mejores en su puesto, sacan a pasear el triplete ganado el pasado curso. Así, el duelo ante el Atlético contó en la banda con la Champions, la Premier y la FA conquistadas por los de Guardiola. Asustan en todo, también en el apoyo que tienen en Asía. 8 de cada 10 camisetas de la grada eran celestes. Y nos quedamos cortos.
En el verde, por compensar la aureola, Griezmann tardó 15 segundos en llegar a la portería de Ederson con un disparo que se le fue alto. El City le replicó rápido subiendo líneas y con el primer tiro de Julián Álvarez antes del minuto 4. Haaland, la bestia, apenas tardó tres minutos más en poner a prueba a Oblak. Y hasta ahí, cuando Rodri marcó a la salida de un córner de cabeza... un tanto anulado por falta a Koke. Ya saben, jugaron juntos en el Atlético. Ya saben, Rodri se marchó a Mánchester para convertirse en el mejor 5 del mundo.
Por el camino Simeone vio como el cuarto árbitro coreano le ponía firme por protestar airadamente al linier. No se andan con bromas y la autoridad es una seña de identidad del país. Le sorprendió tanto al argentino la reacción que paró sus protestas por la tarjeta que había recibido Azpilicueta.
Fue en el minuto 28, en cambio, cuando el Atlético se acercó de verdad a asustar a un Guardiola que no paraba de hacer aspavientos en la banda pidiendo intensidad a su equipo... y este le devolvía más indolencia de la que suele mostrar un conjunto que se caracteriza por jugar muy bien... y por su hambre a la hora de presionar.
En el minuto 28, decíamos, Morata la tuvo de cabeza tras una gran jugada de Lino. Repitió el brasileño, el más destacado de los rojiblancos esta pretemporada, para darle un caramelo a Lemar que incomprensiblemente no supo controlar en el área. Dos jugadas en apenas cinco minutos por las que Simeone y Vivas se echaron las manos a la cabeza. Joao también, pero en su caso viendo el partido plácidamente en el banquillo de los no convocados. No se estremece el luso, no.
Un Atlético desencadenado...
Empezó la segunda parte con un gol fantasma de Lino, que el árbitro no concedió pese a las peticiones desde la banda rojiblanca... y con un paradón de Grbic justo antes de los ocho cambios de golpe de Guardiola, que pensaba ya su primer título de la temporada ante el Arsenal en apenas una semana. El croata, a continuación, repitió con una parada doble.
Correa, tras el carrusel de cambios, tuvo la más clara de un Atlético que siempre compite ante este City. Lo hizo en la Champions de 2022 y estuvo a una ocasión, precisamente de Angelito, de mandar a la prórroga aquella eliminatoria. La volvió a fallar, sí, pero le hizo la pared a Memphis para que el de Países Bajos se estrenara esta pretemporada... y Simeone lo celebrara a lo grande.
No fue menos efusiva la celebración del segundo tanto. Una jugada individual de Carrasco que acabó con un derechazo del belga que mandó a la lona al campeón de todo. Llegaba crecido, no es para menos, y se llevó un revolcón tan justo como inesperado incluso cuando Rubén Días apretó el marcador en un saque de esquina mal defendido. El Atlético está aquí y veremos hasta donde es capaz de llegar.