Atlético de Madrid

Tortilla el viernes, victoria el domingo

Atlético de Madrid La opinión de Alberto R. Barbero

Para bien o para mal, Radomir iba por delante. Ni al que asó la manteca se le ocurriría ahora que un saque de puerta correspondiera a un futbolista de campo, por aquello del fuera de juego al rechace, pero ésa fue, en 1995, una de las primeras cuestiones que aclaró el serbio a los jugadores del Atlético: "Se encarga Molina". También detalló lo que se hacía en cada falta, en cada córner, en cada acción defensiva... talento el que tuvieran, pero improvisación la justa.

Su intervencionismo se trasladaba asimismo a cuestiones como la convivencia (impuso tortilla y cervezas cada viernes) o la capitanía (decidió en su día que el brazalete lo llevara Caminero), e incluso invitaba al barro político si así lo consideraba menester (acabó en los tribunales con las consecuencias del conflicto de los Balcanes como trasfondo), pero convertía el proyecto en un desafío personal: si había aceptado la oferta rojiblanca fue porque no se le ocurrió un club más difícil para el que trabajar.

El amante del ajedrez, efectivamente, trajo en jaque a la Liga. Mate, concretamente, porque acabó ganándola. Descanse en paz.